Secciones
Servicios
Destacamos
Parece que prefieren pensar en el 2050 antes que en el día de mañana. Conmocionados aún por el golpe que ha supuesto su mayor fracaso en la Comunidad de Madrid, los dirigentes del PSOE han tratado de justificar su fracaso sin paliativos con argumentos que ... no pasan de ser excusas de mal pagador. La desopilante declaración de la vicepresidenta Carmen Calvo, afirmando que «a un socialista le cuesta hablar de cañas y berberechos», llevaba implícito, sin pretenderlo, el reconocimiento del desapego de la realidad en la que está sumida su formación. Porque, a ver, seamos serios, los ciudadanos que viven en la Comunidad de Madrid no se acercaron masivamente, como nunca había ocurrido, a las urnas en defensa de las cañas del aperitivo en las barras de los bares. Miles de votantes han sido trabajadores del la hostelería, del sector del turismo, del taxi, de las empresas de alquiler de coches, del mundo hotelero, del sector servicios... trabajadores que sienten la angustia derivada de la necesidad de llevar unos ingresos a casa y que están conformes con la política diseñada por el equipo de gobierno de Isabel Díaz Ayuso, consistente en combinar la necesaria seguridad sanitaria con el poder ejercer una actividad limitada en estas áreas que les ha permitido subsistir, siquiera haya sido en circunstancias muy difíciles. Junto a ellos, sus familiares y círculos cercanos. Y muchos ciudadanos que sin ser del PP ni tener especial afinidad con la ideología que representa, han preferido votar esta opción ante lo que consideraban un despropósito político azuzado por el extinto Pablo Manuel Iglesias.
Y, por favor, dejen de hablar ya de 'las derechas' y 'el fascismo'. Hará bien el Partido Socialista en analizar la razón por la que decenas de miles de votos que antes les daban su apoyo se han pasado directamente a las filas populares. No parece que estos ciudadanos se hayan vuelto ultraderechistas de repente, más bien ocurre que el temor que inspiraba un tripartido comandado por un lamentablemente despistado Ángel Gabilondo, con Iglesias Turrión en la vicepresidencia, ha actuado a modo de elemento de fuga que ha afectado a votantes progresistas, pero no partidarios de experimentos políticos suicidas. La constante apelación de los partidos de izquierda a la defensa antifascista y otros sintagmas propios del guerracivilismo más ramplón, han cavado la tumba de un PSOE que ha perdido su posición ideológica para confusión y espanto de muchos de los que antes les apoyaban y ahora no le perdonan el absurdo seguidismo a Podemos y sus extravagantes posiciones ante todo.
Madrid no está en Marte, como acertadamente ha señalado Iñigo Errejón. El empeño de los dirigentes socialistas de circunscribir esta debacle únicamente al ámbito de la comunidad, no es sino otro error más que puede llevarles hasta el precipicio si no reaccionan antes. El votante medio del PSOE es socialdemócrata con alma liberal, jacobino y con una acendrada visión constitucionalista, por eso, que los socialistas pacten con los nacionalismos extremos y con Bildu es algo que les produce rechazo y pavor a partes iguales. Si el partido fundado por Pablo Iglesias Posse, reniega de su pasado y se lanza a aventuras podemitas recogerá en las urnas exactamente lo que ha sembrado. Lo que ha ocurrido en Madrid bien puede extenderse a todo el país, porque la cosa, evidentemente, no va de berberechos ni de tomarse unas cañas.
Próximo error: la concesión de los indultos a los presos golpistas de Cataluña puede tener un efecto letal para el futuro en las urnas de Sánchez y su partido. Al tiempo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.