Presión medio ambiental al agro

En España estamos más o menos habituados a vivir movilizaciones del sector agrario. También nos son familiares las que tienen lugar en Bruselas, por ser el epicentro de la Política Agraria Común (PAC), e incluso en Francia, donde sus agricultores llevan a gala influir de ... forma activa en la agenda política. Ahora en Alemania sus agricultores se manifiestan en contra de una política medioambiental, de alto arraigo en su estructura política y social. Más de 5.000 tractores colapsaron Berlín protestando contra su gobierno, en particular por la restricción en el uso de fertilizantes. Dejando al lado el inherente catastrofismo que suele llevar cualquier reclamación, la realidad es que sus argumentos son sólidos. La necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) es una realidad defendida por buena parte de la comunidad científica. Las emisiones del sector primario deben continuar en descenso. Lo que sucede es que dicho control no se puede actuar solo sobre el emisor. Es necesario promover el uso de tecnologías sustitutivas que, para una misma producción, sean capaces de emitir menos GEI. Algo similar se ha producido con la aplicación de fitosanitarios que son prohibidos a mayor velocidad de la que tiene la industria para restituirlos. En ambos casos se potencia la producción en Estados terceros infra regulados, por lo que al final no se consigue el efecto deseado. La Comisión Europea ha publicado los indicadores de riesgo armonizados sobre el uso sostenible de fitosanitarios, que han disminuido un 20% entre 2011 y 2017. No debemos olvidarnos que la PAC ha sido una potente herramienta puesta en marcha para poder garantizar la suficiencia alimentaria, en una época donde había hambre y no podíamos producir suficiente alimento. Estamos muy lejos de esa situación, pero es bueno tener memoria histórica para no poner en juego un logro histórico y un lujo.