La portera

Ella, que nunca ha empeñado un céntimo de más, que siempre ha mirado por los vecinos y que jamás ha querido algo diferente al bien común, camina con paso firme y de forma destacada hacia el '1' de la lista popular.

Da igual que no sea especialmente conocida, salvo en el edificio en el que presta sus servicios jornada tras jornada y en el barrio en el que reside toda su familia, lo mismo que no importan las ideas que la acompañan desde su tierna juventud o lo que ella misma votó en la última llamada a las urnas. Tal y como están los populares leoneses, que nadie se engañe, ella es el 'mirlo blanco' que se esconde entre las bambalinas políticas.

Pudiera parecer un sainete la situación en las filas populares leonesas, pero realmente no es nada nuevo. En tiempos de Isabel Carrasco, cuando la presidenta popular ejercía con firmeza brutal su liderazgo al frente del partido, tuvo una de las frases más gloriosas que se recuerdan en la política local: «Ganaremos (la capital) incluso colocando como número uno al palo de una escoba».

Nunca se supo si el finalmente elegido Emilio Gutiérrez, el candidato designado para León, era el palo, el cepillo o la escoba completa, pero lo cierto es que ganó con una diferencia hasta entonces desconocida. Fue tanta la distancia obtenida respecto a citas electorales anteriores que Carrasco nunca se cansó de repetir tres de sus palabras favoritas: «Véis, tenía razón». Y la tenía, al menos en esa ocasión.

Vistos los antecedentes, en el momento actual tan solo cabe una dualidad de versiones. O bien, efectivamente, no hay candidatos de entidad que llevar a las listas y por lo tanto se buscan fichajes en el 'mercado de invierno'. O bien, y no resulta improbable, las teorías de Isabel Carrasco se extienden hasta nuestros días y adquieren una enorme vigencia en las estructuras del partido y toca apostar por el palo de la escoba.

Ciertamente la situación del PP en León es singular en todos los escenarios. La vida interna del partido a nivel provincial –y con diferencia en la capital– siempre ha sido especialmente endogámica, cargada de vicios, con rivalidades heredadas y con cuentas pendientes que parece nunca serán solventadas.

Este es un partido de clanes, también. Los 'carrasquistas', los 'silvanistas', los 'de Emilio' y alguna otra más que no viene al caso que sea nombrada. Cada familia tiene sus asuntos propios y comunes, y todos en conjunto suman aspiraciones locales, autonómicas y nacionales a partes iguales.

En un escenario tras fragmentado resulta casi imposible alcanzar un punto de encuentro, o de concordia. Siempre que sale un candidato local se pone precio a su cabeza entre sus propios compañeros de filas, y así acoso y derribo hasta verle caer. Cosas de 'la familia' (con música de fondo para acompañar).

Llegado el momento, con el calendario electoral apretando, y para el bien común, quizá la mejor opción electoral sería hacer una encuesta invernal con dos opciones únicas que plantear a los encuestados: debe elegir usted entre la portera o su escoba.

Y que gane el mejor.