Unos ponen los muertos y otros, el cazo

La creencia de que Castilla era el granero de España se ha desmoronado (la ensoñación lo extendió incluso al ámbito europeo). El pan que se creía de proximidad lo fue en parte, pero no el trigo que le daba sentido. Los números de la FAO, la agencia de las Naciones Unidas dedicada al asunto, desmontan el mito. En 1962 nuestro país producía cuatro millones de toneladas; hoy, siete. ¡Tras 60 años! Francia lidera el ránking de la UE con 38; Alemania, 22. Ucrania ya no cuenta. Estos datos contextualizan la cantinela de la España vaciada. ¿Dónde obtendremos los cereales para untar las salsas y alimentar al ganado? Eso lo decidirán los especuladores.

La luz se paga hoy como el oro. Empleando un símil, las compañías suministradoras actúan así: compras un kilo de pollo y otro de percebes y te los venden al mismo precio. Con todas las bendiciones de los reguladores español y europeo.

El gas ruso supone para las arcas españolas solo un 5 % del total. Y EE UU ya tiene listos los barcos para colocar el suyo. Como no somos hermanas de la caridad, España regasificará el licuado para nuestros socios porque contamos con la mayor red de este sistema del continente. La realidad es tozuda y pugna por reescribir los aforismos (el dedo de Putin mediante).