Juan Rejano, en una lectura de sus poemas. SUR

La poesía vive en Puente Genil

El espigón de Recoletos ·

Con ese jaez alegre, cordial y optimista de las provincias, nos acogieron como a un vecino más: dejarse caer por allí es mejor que ir a los salones decadentes y sentimentales de la gran ciudad

David Felipe Arranz

Valladolid

Viernes, 4 de noviembre 2022, 00:04

Juan Rejano (1903-1976), poeta y músico pontanés del 27, comprometido políticamente, de biografía viajera, fue maestro de vates en el exilio mexicano: Renacimiento ha editado su 'Charla en sonetos. Correspondencia con Alfonso Reyes', 'Periodismo, política y cultura en la II República' y una magnífica ... selección de sus 'Artículos y ensayos'.

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Para honrar su memoria, la Asociación Cultural Poética de Puente Genil (Córdoba) y Antonio Roa, promotor lírico y amigo vocacional de la poesía –que le salvó la vida–, con el apoyo del Consistorio, han puesto en marcha desde hace nueve años el Encuentro de Poesía, Música y Plástica, que culmina con la entrega del Premio Internacional de Poesía Juan Rejano, que este año ha ido a parar al ecuatoriano Juan José Rodinás por 'El uso progresivo de la debilidad' (Pre-Textos), que dice verdades –poéticas– tales como que «Los crueles son más prácticos y sueñan en pisar las manos / de cualquiera que les estorbe un poco. (Pisan hasta que algo / cruje)».

Este año se ha homenajeado a 'La estación azul' de RNE, que fundaron al alimón Ignacio Elguero y Javier Lostalé hace 22 años, mes arriba o abajo, récord para un programa de literatura: para celebrarlo, junto a Luis Alberto de Cuenca, Guillermo Busutil, Antonio Lafarque o Joaquín Pérez Azaústre, reflexionamos acerca de este maridaje de vaivén que es el de la cultura y el periodismo. Roa, que vive sus ilusiones hacia fuera, nos convoca a esta cruzada, y Eva M. Torres, concejala de cultura y devota del misterio, como su marido Javier, nos dieron alguna pista para el espeluzne de Cuarto Milenio. Con ese jaez alegre, cordial y optimista de las provincias, nos acogieron como a un vecino más: dejarse caer por allí es mejor que ir a los salones decadentes y sentimentales de la gran ciudad. Que sea por muchos años.

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