Poder y partido

A buen seguro que muchos de los que lean el ensayo encontrarán similitudes con la actualidad. Sin ir más lejos, ahora que por estas tierras castellanas y leonesas se respira un ambiente preelectoral, todo se transforma de nuevo en un gran escenario teatral para cargar de argumentos a la tropa. Primero fue Alfonso Fernández Mañueco, eligiendo el momento de la ruptura con Ciudadanos en Las Cortes (aunque ahora estemos en disimulada etapa de 'coitus interruptus') y este mismo domingo Pedro Sánchez en Ponferrada, sacando la chequera de los Presupuestos con destino a proyectos autonómicos. Detrás del telón, alejados de los focos y de los gestos, subyacen los cálculos electorales de unos y otros para mantener a salvo dos únicos factores que de verdad importan: el poder y el partido.

Por cierto, María Blanco es optimista. Cree que llegará un momento en que resurgirá la ciudadanía para protagonizar la revolución de las conciencias. Ahora solo falta que despejemos la incógnita del cuándo.