Jesús Diges. Efe

Poder circular seguros. Reconquistar nuestras vidas

«Europa da un gran paso adelante con el certificado de vacunación»

soraya rodríguez

Sábado, 27 de marzo 2021, 08:54

Llevamos más de un año en una situación excepcional. La pandemia ha costado la vida a decenas de miles de personas y ha alterado el bienestar y la economía de millones. Ahora, la vacunación progresiva, a pesar de los retrasos y otros reveses, va a ... afianzar poco a poco la esperanza de recuperación de la normalidad.

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En este proceso se ha visto recortado un derecho fundamental: la libre circulación y establecimiento de los ciudadanos en todo el territorio europeo, reconocido en el artículo 21 del Tratado de Funcionamiento de la UE. Los confinamientos y aislamientos, las cuarentenas, restricciones y otras medidas de emergencia antes de que las vacunaciones comenzaran o se extendieran han lesionado ese derecho fundamental.

¿Es necesario para contener y limitar la propagación del virus y aliviar la presión sobre unos sistemas de salud vulnerables y sobrecargados? Sí, sin duda. Pero eso no impide reconocer que las medidas adoptadas han tenido consecuencias muy negativas en determinados sectores de la economía y que nos hemos visto privados de un derecho básico.

Volvamos a las vacunas. Nunca insistiremos lo suficiente en recordar las dudas que había hace un año, cuando se aseguraba, con razón, que los procesos de obtención duraban mucho tiempo. La extraordinaria colaboración público-privada y los esfuerzos realizados han permitido, incluso con errores y retrasos, que ya haya cuatro vacunas autorizadas por la Agencia Europea de Medicamentos y desarrolladas por varios laboratorios, y que crezca progresivamente el número de dosis administradas.

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Ya sabemos que el proceso no marcha, ni mucho menos, a la velocidad que esperábamos. Pero actuar juntos para acelerar y aumentar la producción de vacunas ha sido, a pesar de todo, la mejor opción. En caso contrario, las dificultades no habrían sido menores, y comportamientos pirata como los de Astrazeneca, que no solo inventan excusas para incumplir el contrato, sino que son capaces de esconder millones de dosis cuyo destino aún desconocemos, no se hubieran evitado. Al contrario: si han hecho esto con una negociación en bloque, qué no habrían maquinado en conversaciones con países aislados.

Yo me reafirmo en la idea de que solo juntos, como europeos, podemos salir de esta crisis. Criticar los errores con firmeza, como hemos hecho, es una cosa; dar por válidas las voces críticas que interpretan estos errores en clave de fracaso de la UE en la gestión de la pandemia es ir demasiado lejos.

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Y en esa salida europea de la crisis se enmarca el certificado de vacunación que la Comisión Europea propuso la semana pasada, algo que llevábamos meses pidiendo desde Renew Europe para evitar 27 medidas unilaterales. Un certificado gratuito, digital o en papel, para acreditar que una persona ha sido vacunada contra la Covid-19, se ha recuperado de la enfermedad, o se ha hecho una prueba cuyo resultado ha sido negativo. Una propuesta no sólo para reabrir Europa, sino para contribuir a la salud de todos los ciudadanos y europeizar también los esfuerzos de la recuperación.

Algunos dicen que lo mas importante es vacunar, y que luego ya veremos cómo lo certificamos. Se equivocan. Claro que la prioridad es vacunar, pero también lo es actuar ahora para sentar las bases que nos permitan tener una herramienta digital armonizada interoperable en todos los Estados miembros y homologada internacionalmente. Si no actuamos ahora, cuando esté vacunado más del 70 % de la población tendremos 27 certificados y llegaremos tarde.

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Atención: este certificado facilitará la circulación dentro de la UE, pero no es un pasaporte. Tenerlo no será una condición previa de la libre circulación, que es un derecho fundamental de la UE. Servirá para resolver situaciones como cuarentenas, realización de pruebas y otro tipo de controles. Y para mucho más: es un instrumento de salud pública, de información sobre nuestra situación inmunológica, y, por tanto, sobre la inmunidad a nivel europeo, las vacunas disponibles, las dosis, el tiempo que dure la inmunidad de cada vacuna…

Desde el principio insistimos en que este certificado tenia que tener todas las garantías --añadiendo cláusulas de respeto de la libertad personal y de no discriminación – y que no debía dar lugar a una obligación de vacunación indirecta. La no discriminación garantiza que los datos que recoja serán los mismos para todo el mundo, independientemente de la nacionalidad de su titular. Se persiguen, por tanto, fines plausibles, y se garantizan derechos fundamentales, como la libertad de movimiento, la libertad profesional y el derecho al trabajo, todo básico para la reactivación de la economía.

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Esta pandemia nos ha hecho sufrir en vidas, salud, hábitos y empleos, pero nos ha enseñado también muchas cosas. Nos ha dado la certeza de que necesitamos adaptarnos a un proceso de aprendizaje constante, especialmente sobre asuntos que tienen que ver con la salud, con el grado de inmunidad tras haber superado la Covid-19 o la eficacia de las vacunas ante nuevas variantes o cepas.

Lo que hay detrás de esto es mucho más de lo que parece. Es la conciencia de que hay que defender plenamente uno de los elementos clave del proyecto europeo, la libertad de movimiento. Junto a los otros pasos adelante que se están dando en salud y seguridad, es hacer verdad la promesa de poder reconquistar poco a poco las calles. De poder reconquistar nuestras vidas.

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