Duro, muy duro, todo un shock». Así se expresan los próximos al exministro Ábalos del que añaden: «José Luis está muy tocado». Ha pasado sólo una semana y las mañanas al sol imponen toda la fiereza de su desventura a quien estaba acostumbrado al coche ... oficial, los policías de escolta, un despacho en el ministerio y otro más en la sede del partido. De repente, las amistades se rompen y lo que era complicidad y buenas palabras, se torna olvido y amargura a partes iguales. El destituido aún no se lo explica, porque no sospechaba nada, y el presidente justifica su abrupta decisión en televisión aludiendo a la necesidad de «cargar pilas y rejuvenecer el Gabinete». Política en estado puro.
Publicidad
Antes les paso a Felipe González y Alfonso Guerra, también a José María Aznar y Francisco Álvarez Cascos. El tacticismo y la practicidad se imponen en el ejercicio pragmático del poder que necesita adaptarse a cada momento. Hoy me vales y estás, mañana no me vales y despareces. Este es el juego. Da igual que seas ministro, cargo orgánico del partido o vicepresidenta del Gobierno –que se lo digan a Carmen Calvo–. Franco, con perdón, enviaba al motorista con la carta de cese «agradeciéndole los servicios prestados», y en los nuevos tiempos una llamada telefónica de Pedro Sánchez a las ocho de la mañana de un sábado, sirve para anunciar el irreversible tránsito del poder a la nada. Así son las cosas.
Una semana ya de nuevo Gobierno y siete días de ocio forzoso para los purgados. Hoy martes se celebra el segundo Consejo de Ministros desde la remodelación y en unas horas habrá muchas vidas que cambien radicalmente. Lo harán las de aquellos que sean elegidos para la 'pedrea' –el festival de altos cargos que hoy se anuncia–, quienes ocuparan despachos, coches y espacio en los periódicos. Y también se transformarán las de quienes van a ser cesados tras la salida de sus jefes, ya exministros. De repente, el abismo. De la nómina oficial a la incertidumbre y el desasosiego. Es el perverso juego del poder: risas y palmadas en la espalda el día que llegas al cargo y frio desolador cuando te vas: pronto, además, a toda prisa, para dejar campo libre al sucesor o sucesora, como en este caso.
José Luis Ábalos, sigue preguntándose ¿por qué?; Carmen Calvo, la fiel escudera de Sánchez, está ahora en el ostracismo, como Iván Redondo, el 'Rasputín' de la Moncloa, el hombre que veía amanecer y que convirtió el ala oeste presidencial en un remedo de agencia de imagen, estrategia y comunicación, poblada por asesores de toda laya. El 'gabinete de efectos especiales de la Moncloa', como se le conocía coloquialmente, ahora desmantelado por Óscar López, un amigo pródigo recuperado por el presidente que goza de las mieles de la cercanía al líder tras su paso por esa bicoca estatal llamada Paradores. La suerte, ya ven, propicia para unos y esquiva para otros.
Publicidad
Los 'ex' ya han comprobado como sus teléfonos dejan de sonar y también han palpado la condición humana, observando como los más cercanos se aproximan ahora a los nuevos protagonistas de la película, olvidando que un día les bailaron el agua a los caídos. Cada cual busca su sitio al sol y evita las críticas por aquello de no conjurar la posibilidad de obtener un premio de consolación que garantice el sustento en los próximos tiempos. El poder tiene una atracción irresistible y eterna. Ya lo dijo en su día Jesús Fueyo: «Yo, ministro, aunque sea de Marina».
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.