Persuadir antes que fastidiar
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Macron quiere hacer más difícil la vida de los negacionistas, pero España, con el 90% de vacunados, no debería seguir ese caminoLas declaraciones del presidente de Francia, Emmanuel Macron, mostrándose decidido a «fastidiar» a los no vacunados impidiéndoles el acceso a locales y recintos de ocio, y la intervención del primer ministro de Australia, Scout Morrison, exigiendo a Novak Djokovic que presente una exención médica para ... disputar el Open de aquel país si no demuestra estar vacunado han avivado el debate sobre la obligatoriedad de la inmunización vacunal para distintas actividades sociales. La polémica generada tras las palabras de Macron pospuso la tramitación parlamentaria de la norma impulsada por el Gobierno para que tras el próximo 15 de enero el certificado covid recoja únicamente los datos de la vacunación y no el resultado negativo de pruebas de antígeno o PCR. Hubiese sido conveniente que la naturaleza del pasaporte covid y su uso fueran reguladas para el conjunto de la Unión, pero la distinta respuesta que la vacunación ha obtenido según países ha convertido la cuestión en materia de política nacional e incluso partidaria. Francia ha llegado a notificar en los últimos días hasta 270.000 positivos en veinticuatro horas, por lo que necesita incrementar inmediatamente el 73% de vacunación en que parece haberse detenido la campaña. La inconstitucionalidad de la vacunación obligatoria a ambos lados de los Pirineos no impone a las instituciones españolas aprobar y aplicar una medida tan estricta como la que se prepara en Francia.
En nuestro país la vacunación con pauta completa a mayores de 12 años ha alcanzado al 90,3%, siendo residual el número de personas que se resisten a vacunarse y que presentan una casuística muy diversa, que va desde el negacionismo activista muy minoritario al temor infundado a que les perjudique la inmunización vacunal. No hay razones para que Sánchez siga los pasos de Macron, siempre que junto al certificado que asegura la inmunidad razonable de su portador –por estar vacunado o haber dado negativo horas antes– se mantengan y apliquen medidas tendentes a garantizar el uso de mascarillas en lugares cerrados y a cumplir con la distancia social, evitando también la relajación que pueda darse en el requerimiento del pasaporte covid a medida que transcurren los días. La normativa vigente al respecto parece suficiente. Y corresponde a los no vacunados reordenar su vida y sus relaciones sociales, empezando por preservar su salud.
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