Perros

En los últimos cinco años, los animales de compañía han aumentado un 40%, mientras que la natalidad ha bajado casi un 14%. Seguro que el propio Trump, si le dieran a elegir, ahora mismo tendría en su casa un K-9 (nombre que reciben los efectivos caninos del Ejército estadounidense) antes que otro Barron, que además ha entrado en la adolescencia con los inconvenientes que eso conlleva y el gasto que representa...

El mejor amigo del hombre no es el perro, es el jamón, como dijo Manuel Benítez El Cordobés y no se cansó de recordar el maestro Alcántara. La ocurrencia de Benítez es insuperable, pero políticamente incorrecta. Hoy habría que decir que el mejor amigo del hombre (y de la mujer) es el tofu, un producto que no excluye a los carnívoros ni ofende a los veganos... Lo malo es que el tofu (tampoco el jamón, con ser muy agradecido) nunca podrá mirar al ser humano con la admiración con que un perro contempla a su amo. «Mi perro es maravilloso porque te desnudas delante de él y no le importa que estés gorda, él te sigue observando con la misma devoción», me decía el otro día una amiga.

Los seres humanos, en cambio, no miramos a los perros siempre con tan buenos ojos. Los amamos y despreciamos a partes iguales. El propio Trump ha caído en esa trampa. Dijo que Al Bagdadi había muerto como un perro, por cobarde, y poco después se deshizo en elogios hacia el pastor alemán que ayudó a localizar al terrorista. «Lo llaman K-9 pero yo lo llamo perro», dijo como si fuera un piropo. Perro ('gosso', 'txakurra') es casi siempre un insulto, aunque luego diga la estadística que preferimos tener perro a tener hijos... En fin, es todo tan confuso que no me extraña que Ben Affleck haya vuelvo a beber.