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Escultura en una sepultura de El Carmen.
Pequeño lenitivo a nuestro dolor perpetuo

Pequeño lenitivo a nuestro dolor perpetuo

Crónicas de gentes recias ·

Y entonces entendí que el castellano es castellano ante la vida y ante la muerte

Pablo Merino

Lunes, 1 de noviembre 2021, 08:37

Hace un mes caminaba con mi afligida madre hacia el tanatorio para dar el último adiós a mi primo Míguel 'El Negro'. Entonces hacía sol y las praderas del cementerio estaban verdecitas. Un viento suave disparaba hacia la acera el agua que proyecta la fuente ... de la rotonda. Mi madre y yo caminábamos del brazo a ver a una familia que solo veo cuando alguien fenece. En la rotonda estaba un vecino mayor, menudo, como un paseante aleatorio en las inmediaciones de aquel depósito, hablando con otro señor más joven y espigado.

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