El politico Germán Gamazo y la casa en la que nació en Boecillo en mayo de 1840. Imagen del libro 'Valladolid. Recuerdos y Grandezas', de Casimiro G. Garcia-Valladolid

Gamazo. El gamacismo, la gamazada, los gamazos

«En plena crisis agraria defendió el proteccionismo del trigo castellano contra las importaciones y protegió los vinos hundidos por la filoxera francesa. Invirtió en ferrocarriles y promovió la línea Alar de Rey-Santander»

Pedro Carasa y Esther Calzada

Valladolid

Domingo, 25 de junio 2023, 00:13

Germán Gamazo desarrolló una notable acción política local, provincial, regional y nacional. Construyó sobre sólidos pilares de familia, bufete, redes sociales, inversión económica y gestión política un edificio de poder que aún ocupan algunos de sus sucesores. Sin embargo, su memoria está algo empañada.

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Dejó ... el Seminario para hacerse abogado en busca de prestigio y relaciones, poder político al fin. Pasante para Silvela, apadrinado por Alonso Martínez, entró en el partido liberal de Sagasta. Estudiaron con él Maroto, De la Mora, Pimentel o Maura y luego se relacionó con Moret, Silvela, Nocedal o Aguilera. Fundó los periódicos El Eco de Castilla y El Español. Fue académico de Jurisprudencia y decano del Colegio de Abogados. Redactó nuestro Código Civil. Llanos Torriglia lo biografió como el sobrio castellano. Consiguió, como buen alto burgués, el Condado de Gamazo.

Venía de abajo y aspiró a suceder al mismo Sagasta. Comenzó como diputado por Peñafiel, luego por Medina del Campo y Valladolid. Con Sagasta fue ministro de Gracia y Justicia (1883), Fomento (1883, 1886 y 1898), Ultramar (1885-86) y Hacienda (1892-94). Copó el poder municipal en la provincia y Diputación vallisoletana. El 98 le enseñó que el XX no era su siglo, que su liberalismo era conservador y que debía ceder el paso a otros líderes de nuevos tiempos. Al morir en 1901, llegó el turno de Antonio Maura en España y de Santiago Alba en Valladolid.

La gran obra de la vida de Gamazo fue construir una extensa familia, un buen motor social económico y político. Era tradicional, poco burguesa, él fue patriarca tutor de sus hermanos y protector de su hermana Constancia hasta casarla con Antonio Maura. En 1872 contrajo matrimonio con Irene de la Mora, familia propietaria, banquera y comerciante santanderina. Tras enviudar, se casó con su cuñada Regina Abarca, viuda a su vez. Su familia entroncó con lo más granado del momento, los Calvo, Illera, Abarca, Pimentel, De la Cuesta y Maura.

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El segundo soporte de Gamazo fue un bufete prestigioso, caciquil, clientelar, capitalista y humano, con relevantes causas, familias de abolengo, poderosas fortunas coloniales, empresas extranjeras (Banque Pereire) y altas compañías ferroviarias (MZA). En él colaboraron Manuel Silvela y Montero Ríos. En el despacho repartió favores y cargos, practicó el caciquismo, prestó dinero a elevado interés, anduvo a caballo entre usurero y capitalista. Toga y tribuna fueron en el siglo XIX (como hoy en el XXI) un banco de datos políticos necesarios para el poder.

Gamazo representó la derecha del partido liberal, heredero de Alonso Martínez y abanderado del proteccionismo. De convicción liberal más práctica que teórica, sus actos buscaban el interés más que la defensa de las libertades individuales. Se lo enseñó su padre Timoteo, comprador de desamortización afanado en alcanzar propiedad y poder. No defendió la separación Iglesia-Estado, la libertad de expresión o el concepto de igualdad. Latían en él viejas convicciones morales de sus años de seminarista.

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El tercer cimiento del poder de los Gamazo-Maura se asentó en altas redes sociales, económicas y políticas, patentes en sus herederos. El Marqués de Comillas controló el transporte colonial con América mediante la Compañía Trasatlántica. Su hijo Juan Antonio, conde de Gamazo, casó con Marta Arnús, banquera y sobrina del Marqués de Comillas. Gabriel Maura y Gamazo, hijo y duque de Maura, casó con la hija del conde de la Mortera, armador del monopolio del transporte a ultramar. Fue diputado, senador y en la dictadura ministro, con posturas próximas al fascismo.

Sus conexiones estratégicas crearon un entramado de poder político y económico que en varias generaciones vincularon a los Gamazo/Maura con el ámbito de la banca (Arnús, Güell, Botín), el transporte marítimo (Bernardo Pérez, Conde de la Mortera), los negocios y las finanzas (Hohenloe, Abelló). Incluyendo al final del siglo XX figuras antitéticas como Jorge Semprún, destacado intelectual y antifranquista y Gamazo Manglano, ministro franquista.

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Gamazo promovió la Liga Agraria con Claudio Moyano y José Muro, en Valladolid en 1887. Fue la disidencia del gamacismo dentro del partido liberal. En plena crisis agraria defendió el proteccionismo del trigo castellano contra las importaciones y protegió los vinos hundidos por la filoxera francesa. Invirtió en ferrocarriles y promovió la línea Alar de Rey-Santander.

Este gamacismo fue heredado por su cuñado, Antonio Maura, quien lo convirtió en maurismo, ya en las filas conservadoras. En 1902 propuso en Valladolid su conocida revolución desde arriba para regenerar la monarquía constitucional. Latía en ella un aire populista de convertir al pueblo en protagonista de un cambio democrático.

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La memoria de Gamazo se enturbió como autócrata de Boecillo. Tras la gamazada de 1893 se llamó gamazos a los antiforales, despreciados en ácidas coplillas: «Si a Gamazo lo cortaran en rajas como a un melón, no tendrían los navarros penas en el corazón» contribuyendo, a su pesar, a reforzar la identidad navarra.

Aportó más a Valladolid que la ciudad a su memoria. Fue nombrado hijo adoptivo, se le dedicó un retrato en el salón de plenos y una calle. Los republicanos la cambiaron en 1931 para el socialista Fermín Galán y los golpistas de 1936 la restituyeron. En el resto de Castilla ni un busto le recuerda. Pero destaca la excelente biografía 'Germán Gamazo. Poder político y redes sociales en la Restauración (1840-1901). Desempaña y enriquece su memoria.

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