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Clara Campoamor fue una feminista profunda y valiente que logró el sufragio femenino en la II República. Dio ejemplo de un debate hondo centrado en ... la igualdad de género y consiguió que la Constitución de 1931 ganara una meta histórica necesaria.
Nace en Madrid en 1888 de una familia arraigada en todo el norte español. Quedó huérfana de padre y sobrevivió de costurera, dependienta, mecanógrafa, telegrafista, taquígrafa y traductora. Llegó a ser maestra de adultas, periodista, escritora, conferenciante y diputada. Murió en Lausana en 1972 y sus cenizas reposan en San Sebastián.
Sincera humanista, republicana, liberal, laica, demócrata y educadora de mujeres. La ILE en la edad de plata de la cultura española la inculcó formar a las mujeres y darles el voto. Creyó que la educación era el camino para ser autónomas y ejercer sus derechos. Se graduó en Derecho en 1916. Fue abogada en Madrid (2ª en su Colegio), Zaragoza y San Sebastián como jurista especializada en problemas de género. Como tal defendió a su hermano, condenado por rebelde en Jaca, y el divorcio de las mujeres de Valle Inclán y Ramón de la Serna.
Para conseguirlo buscó una rica relación con intelectuales, personas comprometidas en cultura femenina, movimientos sociales, instituciones públicas y partidos políticos. Intervino en congresos mundiales de feminismo con abogadas francesas, alemanas, rusas y suizas. Se integró en la logia masónica de mujeres de Madrid.
Participó en la Sociedad de Naciones (con Madariaga), Parlamento Español, Instrucción Pública, Tribunal Supremo, Academia de Jurisprudencia, Colegio de Abogados, Ateneo de Madrid, Protección a la Infancia y Sociedad Abolicionista de la Prostitución.
Fundó o perteneció a asociaciones feministas tan importantes que conviene expresar una a una: Damas Rojas, Asociación Española de Mujeres Universitarias, Unión de Mujeres de España, Liga Femenina por la Paz, Lyceum Club Femenino, Unión Republicana Femenina, Sufragistas de Mujeres Españolas, Juventud Universitaria Femenina (que presidió como sección española de la Federación Internacional), Consejo Nacional de Mujeres Argentinas, Federación Internacional de Mujeres de Carreras Jurídicas e Instituto Internacional de Uniones Intelectuales.
Militó políticamente en Círculo Republicano, Agrupación Liberal Socialista, Consejo Nacional de Acción Republicana, Partido Republicano Radical y en el Equipo que elaboró la Constitución de 1931. Por ello es considerada su madre.
Tolerante en su ideología política y acción social, mostró valiente brío en el Congreso. Colaboró con los socialistas, pero criticó su colaboración con Primo de Rivera. Militó libre en el Partido Lerroux, pero rechazó sus imposiciones partidistas hasta abandonarlo. Buscó sin éxito que su Unión Republicana Femenina entrara en la Izquierda Republicana de Azaña y luego en el Frente Popular.
Como feminista gritó que respetar los derechos fundamentales de la mujer era imprescindible para una sociedad justa y para una historia humana. Atendió más al género social que al sexo biológico. Se anticipó a la ley del aborto. Trató de abolir la prostitución. Legitimó los hijos fuera del matrimonio. Mejoró el Tribunal de Menores. Creó una bolsa de trabajo para integrar a los ciegos. Culminó el tardío movimiento sufragista español nacido en 1906.
Su histórico discurso de 1931 para aprobar el voto de las mujeres de 23 años fue apasionado y obtuvo el éxito solitario y feminista de 161 votos contra 121. No la apoyaron V.Kent, M.Nelken, Lerroux, I.Prieto, Calvo Sotelo, Acción Republicana, Partido Radical y millón y medio de firmas de mujeres católicas. Creyó inexcusable aprobar el sufragio, aunque tuviera efecto conservador y perdiera su propio escaño. En las elecciones de 1933 ganó la CEDA en Burgos y la primera mujer conservadora en León (F.Bohigas). Clara fue objeto de mofa para sus adversarios, como escribe su obra Mi pecado mortal. El voto femenino y yo (1936).
Muchas conferencias en Universidad, Ateneos, Círculos, Academias y asociaciones de ciudades españolas, francesas, suizas y argentinas buscaron superar la tradición patriarcal que recluyó a las mujeres en el hogar.
Apasionada periodista escribió artículos en La Tribuna, Nuevo Heraldo, El Sol, El Tiempo y La Vanguardia. Los literarios fueron editados en Del amor y otras pasiones, los periodísticos en La forja de una feminista y los políticos en Del Foro al Parlamento. Participó en primeras revistas feministas: La Ilustración de la Mujer, El Pensamiento Femenino, La Voz de la Mujer, Chabela (29 artículos), Saber Vivir y Argentina Libre. Publicó 5 libros relativos a la igualdad de género.
Su exilio fue muy activo en Suiza, Argentina y Francia. Al salir, fascistas la amenazaron en el barco. En Lausana (1936-38) fue traductora de francés y abogada. En Buenos Aires (1938-55) frecuentó círculos literarios y editoriales, editó en revistas, biografió a Arenal, De la Cruz y Quevedo y dictó valientes conferencias. También en París expandió con añoranza sus impulsos feministas juveniles.
Desde 1929 ha recibido homenajes, premios, sellos, monedas, bustos, calles, monumentos, buques y estaciones en Madrid, San Sebastián, Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Bilbao, Las Palmas, Cáceres y Santander.
Es una lección de profundidad, humanismo, tolerancia y unidad para el feminismo actual. Se centró en los derechos de la mujer, en el cambio de cultura patriarcal de género y en la eliminación de su violencia. Evitó rupturas partidistas y buscó la unidad ineludible para asentar la igualdad entre hombres y mujeres.
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