La líder de Unidas Podemos, Alejandra Jacinto, muestra la fotografía del presidente de Ferrovial en el pleno de la Asamblea de Madrid. EFE

Patriotismo a conveniencia

FUERA DE CAMPO ·

Subyace una visión patrimonial no sólo del Estado, sino del país entero por quienes nos gobiernan, interviniendo en la vida a diestro y siniestro, siempre en nombre de la bondad y el progreso

Sábado, 4 de marzo 2023, 00:35

En la mente del Gobierno era un plan sin fisuras. Si tienes que capear una crisis económica que no sabes –quizás no puedes– resolver bien, lo mejor es culpar a la oposición –porque no ayuda– y desplazar la responsabilidad a los empresarios, esos tipejos que ... sólo piensan en su propio bien. Nuevos impuestos, anuncios de topes a su beneficio, críticas públicas a su voracidad sin límites… El patriotismo se demuestra andando, proclaman los justicieros gubernamentales, y hoy, con tanta gente sufriendo, es momento de dar ejemplo y no ganar tanto. Se lo exigen quienes ni se plantean dar ejemplo rebajando su propio sueldo, aunque fuera tan solo una medida simbólica de demagógico oportunismo.

Publicidad

Pero entonces, una gran empresa Ferrovial, hace cuentas, analiza la situación y decide trasladarse a los Países Bajos. No es una empresa cualquiera, sino una que tiene ya casi el 80% de su actividad y de su plantilla fuera de España, como ocurre con otras del Ibex, y se desata la alarma por si cunde el ejemplo.

Arrecian de nuevo los reproches. Ha recibido 9.000 millones en adjudicaciones públicas en los últimos 30 años, le recuerdan, como si hacer obras públicas fuera un regalo, o un trato de favor. Se ha beneficiado de los ERTES, denuncian, cuando tales medidas venían a paliar las medidas de restricción de actividad que el mismo Gobierno impuso a las empresas, por el covid. Incluso el presidente Pedro Sánchez se suma a los reproches, mientras la ministra Calviño resalta, ofendida, que el Gobierno no está a favor, como si viviéramos en un régimen económico en el que las autoridades políticas españolas tuvieran que dar el consentimiento a un traslado que se realiza dentro de la UE.

Subyace una visión patrimonial no sólo del Estado, sino del país entero por quienes nos gobiernan. Las encuestas revelan que España es, dentro de los países principales de la Unión Europea, aquel en el que sus ciudadanos más creen que el Gobierno debe resolver sus problemas. El Ejecutivo actual sintoniza bien con esa sensibilidad. Y ahí le tenemos interviniendo en la vida a diestro y siniestro, siempre en nombre de la bondad y el progreso.

Publicidad

Ya no puedes darle una bofetada a tu hijo, ni una sola, porque lo prohíbe la Ley Rodhes, pero es que tampoco puedes matar un ratón que aparezca por tu casa, actividad que puede ser penada con hasta 18 meses de cárcel. Por supuesto, el Gobierno también te orienta sobre quien es una mujer –quien se siente tal– sobre cómo debes desarrollar tu masculinidad –mejor pintándote los ojos y llorando mucho– y hasta te afea el que grites a tus hijos. Por si fuera poco, a través de la escuela, imparte doctrina sobre las más variadas materias. Incluso anima a los niños a tener relaciones sexuales con quienes quieran, como ha reiterado Irene Montero. Los hijos no son de los padres, proclamó la ex ministra de Educación, Isabel Celaá. Le faltó decir que son del Estado.

Dentro de esta visión patrimonialista, las empresas están para no molestar, y para dejarse dar collejas de vez en cuando, y que el pueblo vea quién manda y se sienta feliz al ver humillados a 'los ricos'. Pero esto son fantasías y, a veces, la realidad golpea y una empresa importante toma una decisión que desbarata el circo.

Publicidad

Y entonces la izquierda se acuerda del patriotismo. El problema es que se acuerdan sólo cuando se trata de incrementar, perdón, defender, el sector público. O para criticar a las empresas. Y se olvidan cuando hay que pactar presupuestos con quienes quieren desmontar la España que conocemos. Y claro, no cuela.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad