He visto robots patrullando por los parques de Singapur avisando a quienes no mantienen distancias de seguridad. Un artefacto no antropomórfico con patas largas que da un poco de miedito. Pero más me da Ronan Farrow promocionando su libro y diciendo que hoy Woody Allen no se habría ido de rositas.

Publicidad

Es cierto que el Me Too es el síntoma de un sistema judicial roto. Que al no obtener respuesta, las mujeres usan otras vías. Pero como recordaba Margaret Atwood, «la condena sin un proceso judicial es el primer paso hacia la ausencia de justicia para que el sistema se corrompa, como sucedió en el periodo prerrevolucionario en Francia».

Y también podríamos ir a Elizabeth Loftus y su 'Juicio a la memoria': nuestros recuerdos pueden cambiar y alterarse y lo que creemos de todo corazón puede no ser cierto. Vale, Ronan, si la Justicia es más justa ahora con los abusos, muy bien. Si la Justicia es ahora más permeable a ciertas pataletas, no tan bien.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad