Parar. Stop. Tiempo muerto

El ser humano entontece; el coeficiente de inteligencia baja como la Bolsa en días de crisis. Ignoro si científicamente esa teoría tiene algún fundamento, pero juraría que es verdad. Hablen con chavales, vayan a los institutos, a las universidades, lean sus trabajos o pídanles opinión sobre cualquier cosa. El alma se les caerá a los pies. Ignoro si es estulticia o desinterés, o mala praxis educativa, pero lo ignoran todo y nada anterior a ellos despierta su curiosidad. Piensan que la vida, el mundo, comenzaron con ellos. Adanes con tablet, almas de Android, cerebros de Mac Os.

Habría que parar. Stop. Tiempo muerto. Dejarnos de tanta ley de Educación, de tanta historia de la Literatura, de análisis sintácticos, de tanto Arcipreste y el insoportable Sí de las Niñas, de tantas raíces cuadradas...

Tomarnos un tiempo, un año, dos, y dedicarnos a que aprendan a leer, a comprender, a expresar oralmente y por escrito ideas sencillas. Parar, parar, detenernos con los chavales de diez a catorce años, y aprender sin prisas lo elemental. No saben leer, no saben escribir, no saben hablar, no saben mirar...