Cuando se cumple un año del inicio de la pandemia, el número de casos confirmados de covid-19 en los Territorios Palestinos Ocupados alcanza niveles de récord, denuncia Médicos sin Fronteras. Esta ONG recalca que la situación es crítica. Las vacunas no llegan, mientras que ... Israel consigue récords de vacunación, entre otras razones porque Netanyahu quería tener a su población inmunizada antes de las elecciones generales del pasado 23 de marzo.
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¿Qué pueden hacer los palestinos ante esta injusticia o ante cualquier otra que perjudique a sus intereses? Está visto que nada. Naciones Unidas les apoya, gran parte de la comunidad internacional también, pero el resultado es cero. Hasta 'sus amigos' de los países árabes dicen apoyarles mientras firman acuerdos con Netanyahu.
Dentro de las fronteras de Israel viven 1.719.000 ciudadanos árabes (incluidos 140.000 drusos y otros grupos étnicos que si bien hablan árabe no se autodefinen como palestinos o árabes), 2.754.000 palestinos en Cisjordania y dos millones en la franja de Gaza.
Pues bien, el respeto de los israelíes a sus vecinos es tan escaso que se vacunan ellos, nueve millones, pero las personas que trabajan en condiciones precarias para ellos se quedan sin vacuna. Eso es parte del apartheid que han establecido.
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Nathan Thrall, ex director del proyecto árabe-israelí en el International Crisis Group, organización dedicada a la resolución de conflictos, declaró al periodista Xavier Mas de Xaxás de La Vanguardia que la victoria total de Israel en Cisjordania supondrá copiar el sistema americano en donde las poblaciones indias acabaron en reservas, desposeídas de sus tierras o la realidad vivida en Sudáfrica con el apartheid.
Realmente un nuevo fracaso de la humanidad.
En 1993, año de los acuerdos de Oslo que abrieron una puerta a la creación del Estado Palestino, había 116.300 colonos israelíes en Cisjordania, según la organización Paz Ahora. Hoy hay 441.600. Así pasito a pasito, Israel se está adueñando del territorio palestino.
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En los últimos 20 años, Israel ha denegado el 96% de los permisos de construcción que han solicitado los habitantes de Cisjordania mientras que para los colonos israelíes que quieren instalarse en esa tierra bíblica, han tenido barra libre y además con la aprobación del Tribunal Supremo israelí.
Los citados acuerdos de Oslo de 1993 entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), bajo la convocatoria de Estados Unidos, buscaban una solución permanente al problema palestino-israelí, pero eso se ha esfumado. El lema era Paz por Territorios, pero de ese espíritu ya no queda nada.
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Por lo tanto, al quedarse sin tierras, sin comercios, sin forma de subsistir, muchos palestinos tienen que someterse a diario a largas colas para entrar en Jerusalén a trabajar para los ciudadanos de Israel. Solo unos pocos han sido vacunados. Hecho que además de insolidario es absurdo. La pandemia no sabe de nacionalidades ni fronteras.
Pero la falta de vacunación no es el único escándalo. En 2020, Israel detuvo y encarceló a 4.636 palestinos, entre ellos 543 menores y 128 mujeres. Desde 1967, más de un millón de palestinos pasaron por cárceles israelíes por resistir la ocupación militar de sus tierras.
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La Comisión de Detenidos y Ex Detenidos, la Sociedad Palestina de Prisioneros, la organización Addameer para los Derechos Humanos de los Prisioneros y el Centro de Información de Wadi Hilweh de Jerusalén publicaron un informe conjunto en donde se señala que el número de prisioneros palestinos en cárceles israelíes es de aproximadamente 4.400, incluidas 40 mujeres, 170 menores y 26 detenidos desde antes de la firma de los acuerdos de Oslo, lo que significa que llevan más de 27 años encarcelados.
A estos datos hay que añadir que Israel ha aumentado las demoliciones de construcciones palestinas durante la pandemia, incumpliendo el compromiso que hizo en abril por la crisis sanitaria. En 2020, destruyó 851 estructuras, un 36% más que el año anterior, según la ONU.
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El pasado 3 de noviembre, dos bulldozers y dos excavadoras llegaron escoltados por el ejército israelí dispuestos a arrasar la aldea beduina palestina de Humsa al Bqai'a, situada en el Valle del Jordán, en Cisjordania. Derribaron 18 tiendas y casetas en las que se alojaban 73 personas, incluidos 41 menores. El 75% de la comunidad perdió su hogar, según Naciones Unidas. Fue la mayor operación de demolición en más de una década.
Israel tiene a Humsa al Bqai'a en el punto de mira y el mes pasado repitió la operación hasta en cinco ocasiones. Buena parte de la infraestructura destruida y confiscada había sido donada a los palestinos como asistencia humanitaria, entre otros por la Unión Europea y sus Estados miembros.
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