Las noticias más leídas del sábado 8 de febrero en El Norte de Castilla

Yo tuve perro antes que estas pasiones incompletas que me andan matando entre mociones y censuras. Por eso, en el pinar me saca ese colmillo que se me completó en Alar del Rey cuando un lobo primo suyo, mirándome a los ojos, me dio una ... lección completa de Biología y de Seguridad Vial frente a mi Jorgito Barreno, que conducía. Mis pasiones están reservadas a ella, por quien corono tesos y puertos y por quien escribo: no se apenen por mí, que ella es madre, es feliz y es de otro. Casi como en el poema de Lorca.

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Nuestro anacrónico compañero Paco Umbral –qué dulces siestas lúcidas en su 'dacha' de Majadahonda– le atribuyó eso de las pasiones para reinventarse a Cervantes..., y es verdad: no hay desafío que no se pueda vencer con una frase célebre, con un apotegma. Hay quien entiende la reclusión que se nos viene como una liberación, pero yo no dejo al pinar, ni a Lupo, en esas horas mágicas en que la libertad se convierte en calabaza, y la calabaza, en denuncia..., y por ahí seguido.

A las estrellas que vemos Lupo y yo le importan un rábano las cosas del estado de sitio, más cuando la noche anda clara y al Lupo le pongo algo de Julio Iglesias y bailamos como un 'Rat Pack' solitario, feliz entre mis orfidales y los que les doy al perro, fiel hasta en la medicación. Nos quitarán las madrugadas estrelladas, las mismas que le daban lágrimas a Juana la Loca desde Tordesillas.

Cuando nos prohiban salir a ciertas horas, hablarán los balcones de la Castilla silenciada. En los caserones no entrarán más que los justos, pero aquí repicarán los balcones y los palomares. Al ancho cielo.

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