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Emilio Naranjo. Efe
Un país desquiciado

Un país desquiciado

«Cuestionar nuestra forma de Estado es añadir más presión a una caldera a punto de estallar»

Antonio San José

Valladolid

Jueves, 8 de octubre 2020, 07:22

Con un sentido innato del vértigo y una resiliencia acrisolada en innumerables ocasiones, este bendito país se encuentra sumido en una especie de desquicie general en el que parecen existir más vocaciones pirómanas que necesarios elementos de sensatez y estabilidad. La situación sanitaria es altamente ... preocupante y de cara al invierno que viene todos los expertos apuntan a un empeoramiento que puede llevarnos a situaciones ciertamente complicadas. Nos desenvolvemos en una vida muy diferente a la que siempre hemos ejercido, muchas de nuestras costumbres están limitadas y eso afecta a nuestro mapa individual de afectos y al desarrollo económico de la sociedad. Los empresarios están al límite, los ERTE, prolongados in extremis, constituyen un necesario salvavidas al que muchos se agarran con el temor a que pueda pincharse en algún momento. Esa perdida de aire conducirá a ceses de actividad y cierres de empresas. Hay sectores que, literalmente, no aguantan más. Con gastos recurrentes y una merma ingente de ingresos, el tejido empresarial se enfrenta a una de las situaciones más dramáticas desde mediados del pasado siglo.

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