El mismo 'padrenuestro'

«Hay que respetar al electorado de UP», dijeron en el PSOE para barnizar la entrada de los podemitas en el Gobierno de España, el único de Europa que tiene en su seno una bocanada comunista, pero ese respeto solo lo merecen los votantes de UP, porque es el PSOE el que está en la ventanilla para certificar lo que debe o no debe ser respetado. Ellos marcan el paso y todos los demás, prietas las filas, siguen las indicaciones del libreto, como ya hemos visto en Castilla y León. Hablando uno hablaron todos, pero, como un disco rayado, –rang-rang, rang-rang– fueron dándose el relevo para rezar en la tribuna el mismo 'padrenuestro'. Parece que de Mañueco, como presidente de la Comunidad, no tienen nada que objetar y sobre la legislatura pasada poco que decir, todo quedó bendecido porque lo único censurable en él es haber llegado a un acuerdo con Vox. Sin Vox, miel sobre hojuelas, no hubiera habido debate.

Si PP y Vox no hubieran llegado a un acuerdo de gobierno y se hubieran repetido las elecciones, ¿habrían desaparecido los de Abascal de las Cortes? La valoración que sobre esa hipótesis hicieron los expertos en demoscopia, es que su representación sería mayor, en detrimento de los partidos provinciales, del PP y de UP. La aritmética electoral es muy tozuda y se sabe que «cuando el año viene de leches, hasta los chivos la dan». Hoy Vox, gracias a lo listos que son todos los demás, tiene votos sin chasquear los dedos. Entre los dos partidos que conforman el Gobierno, se vaticinaba un 'fifti-fifti' que complicaría el acuerdo y la solución, porque la duda era si, en ese caso, el PP pactaría con Vox o sería Vox el que pactara con el PP.

Igea, hasta ayer 'omnitodo', está roto y, con una intervención torva y embarrada, dejó en la tribuna descalificaciones que lo descalificaban, porque parece que solo ve la luz cuando está en la oscuridad. Y Mañueco entró al trapo, sin valorar que el próximo extinto Cs, todavía puede dar coletazos incluso en la alcaldía de Madrid.

Mucha 'rabia-rabiña' la que vertió Tudanca, porque, siguiendo la doctrina oficial del partido, es más democrático llegar a acuerdos con el desacuerdo de la grillera, e incluso con los proetarras de Bildu, que con Vox. Visionario.

En el fondo, el debate de investidura devino en debate de desnudez y lo que debería haber sido clarificador, fue una melé farragosa que solo sirvió para el desahogo visceral y la 'testiculina'. No han aprendido la lección de las urnas.