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Mi padre

Mi padre

«De jovencito, a mí aquella palabra me sonaba a Calígula y la relacionaba con esos personajes perversos, licenciosos, que aparecen en las películas de romanos»

Jueves, 30 de abril 2020, 07:08

Mi padre utilizaba dos palabras que me conectan enseguida con su recuerdo. A quien perdía el tiempo en actividades poco recomendables o en conductas disipadas, lo despachaba con la siguiente expresión: «Lleva una vida de crápula» o, simplemente, «ese es un crápula». De jovencito, a ... mí aquella palabra me sonaba a Calígula y la relacionaba con esos personajes perversos, licenciosos, que aparecen en las películas de romanos. Otra palabra característica suya era 'miasma'. Me transportaba a una atmósfera plagada de virus, propia de médanos y zonas pantanosas. Miasma, pensaba yo, debe de ser un término habitual de la medicina anterior al descubrimiento de la penicilina. Aunque a lo mejor no es así. Para mi padre: hijo, sobrino y hermano de médicos –y después, también, padre de una hija médico– quizás aquella palabra formaba parte del más genuino 'léxico familiar'. «Tened cuidado cuando estornuden cerca de vosotros, no os vayan a infectar con las miasmas». La verdad es que durante mucho tiempo 'miasmas' (casi siempre en plural) tenía para mí resonancias a zonas insanas, incluso de antros donde pululaban los crápulas.

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