Hoy, 20 de noviembre, celebramos el Día Mundial del Niño. Según el Search Institute, el desarrollo positivo del niño se centra en su bienestar1 y pretende potenciar sus capacidades y fortalezas. Para ello, necesita de unos recursos personales, familiares, sociales, escolares y comunitarios que le ... proporcionen el apoyo y las experiencias necesarias. La promoción de esos recursos facilita que los niños y jóvenes tomen mejores decisiones, eviten comportamientos de riesgo y tengan una vida próspera.
Activos personales
En los primeros años de vida el fortalecimiento de la autoestima y el desarrollo de un propósito de vida dependen enormemente de padres2 y educadores. Conviene que estos tengan expectativas elevadas pero realistas sobre el niño, huyendo de preferencias o intereses del propio adulto. Los niños tienen que ser conscientes de su valor intrínseco como seres humanos, y de que sus defectos no les definen.
Los expertos señalan que el desarrollo de un propósito en la vida desde una edad temprana promueve una identidad propia positiva y la familia es un recurso crucial para el desarrollo de ese fin hasta la adolescencia media. Los jóvenes con un propósito más definido han crecido en hogares que les han demostrado amor de manera incondicional, han fomentado su autonomía y les han animado a tener nuevas experiencias positivas.
Activos familiares
La familia es el primer contexto en el que se desarrollan las relaciones afectivas y donde se aprende a respetar y a establecer relaciones positivas de amor y respeto hacia los demás y hacia uno mismo. Los estudios señalan que un funcionamiento familiar saludable está asociado con la felicidad de los niños y jóvenes.
Para que se establezca este funcionamiento es fundamental que los padres mantengan una comunicación cercana y afectiva con sus hijos. Todos los miembros de la familia se tienen que escuchar con respeto y comprensión y compartir experiencias, evitando comentarios juiciosos, validando los sentimientos y necesidades de los demás. La familia debe ser un espacio seguro en el que los niños y niñas puedan sentirse comprendidos y puedan expresarse sin temor. Es necesario decir a los hijos lo que no han hecho bien, pero centrándose en la acción realizada, y no en quien la realiza, y establecer límites claros y un equilibrio entre el control y la libertad.
Activos sociales
Los niños y jóvenes necesitan estar expuestos desde pequeños a relaciones significativas en la familia, colegio, vecindario, etc. para descubrir quiénes son y aprender a participar y a contribuir en el mundo que les rodea.
En lo que se refiere a las relaciones entre pares, el Search Institute propone cinco características clave para el establecimiento de relaciones positivas: 1) expresarse afecto, 2) animar a los amigos a hacer cosas que realmente les gustan y son buenas para ellos; 3) ser un apoyo, siendo un amigo confidente y que escucha; 4) compartir el poder, dando cohesión al grupo de amigos y evitando que nadie se quede excluido; y 5) ampliar las posibilidades: conectar a los amigos con otros amigos y/o adultos que pueden ser de ayuda o que les permitan aprender cosas nuevas.
Activos escolares
El colegio es uno de los contextos más importantes. Además de garantizar una formación académica, tiene que promover un desarrollo positivo. Un clima escolar positivo favorece el bienestar integral de los niños y jóvenes, mejora los resultados académicos, facilita que se presenten menores niveles de estrés, soledad, ansiedad y depresión, y reduce el consumo de sustancias y los comportamientos agresivos. Si el centro permite que se establezcan relaciones positivas entre el profesorado y el niño, y entre este último y sus iguales, y además es un contexto seguro a nivel físico, social, emocional y cognitivo, permite un sentimiento de pertenencia al centro, que sin duda incluye en su desarrollo positivo.
Activos comunitarios
Los niños se desarrollan en una comunidad conformada por el vecindario y por las personas con las que comparten actividades recreativas, lo que influye favorablemente en su desarrollo positivo. En este entorno, los niños disfrutan de distintos tipos de ocio, el ocio estructurado desempeña un papel fundamental ya que brinda actividades que promueven habilidades sociales, disciplina y autoestima. Los niños se sienten valorados y conectados. A través de estas actividades, los niños asumen un rol activo que fortalece su identidad y compromiso social. Estas experiencias son cruciales para formar una ciudadanía activa y comprometida, y ayuda a los niños a crecer felices y a construir relaciones significativas que enriquecen tanto su vida como la de la comunidad.
1 Cuando utilizamos el término de niño hacemos referencia a los niños y las niñas.
2 Cuando utilizamos el término de padres nos referimos también a padres y madres
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