Olimpiada bizarra
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«Me he leído en una entrevista diciendo «la Olimpiada». Cielos. Sé que no dije eso, pero también que no hay nada que hacer»
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«Me he leído en una entrevista diciendo «la Olimpiada». Cielos. Sé que no dije eso, pero también que no hay nada que hacer»En la nueva remesa de palabras de la Real Academia hay una de esas en las que la venerable institución da su brazo a torcer. ¿Que la usáis mal porque no significa eso para lo que la usáis? Sujétame el coñac, que la vamos a ... dar por buena. He escrito coñac para recordar que a veces a la RAE los planes le salen mal. Se propuso hace tiempo coñá, pero no ha cuajado en la lengua escrita y se desaconseja su empleo.
La palabra que se ha aceptado tal y como se utilizaba aquí es bizarro. Estaba registrada en nuestro diccionario, pero no como «raro, extravagante o fuera de lo común», la acepción añadida. Antes solo era valiente en la primera y generoso en la segunda. Algo parecido pasó con Olimpiada, los cuatro años entre dos JJ OO. Se usaba (mal) de sinónimo, así que ahora también es la competición celebrada cada cuatro años. Me he leído en una entrevista diciendo «la Olimpiada». Cielos. Sé que no dije eso, pero también que no hay nada que hacer.
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