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El Norte
Oikosgate de vergüenza ajena

Oikosgate de vergüenza ajena

El faro de Aqualung ·

«Un mes de acoso y derribo mediáticos centrado en difamar, calumniar, dañar la imagen y mancillar el honor del Real Valladolid»

Viernes, 28 de junio 2019, 07:31

A falta de que 50 páginas del sumario del caso Oikos se hagan públicas y, aunque solo sea por irnos de vacaciones tranquilos, no está de más hablar de ello. Hoy hace un mes saltó el escándalo. Un mes de acoso y derribo mediáticos centrado ... en difamar, calumniar, dañar la imagen y mancillar el honor del Real Valladolid. Tras el levantamiento del sumario el pasado día 14 parece quedar claro que ha habido una línea editorial empeñada en manipular informaciones y en filtrar datos de manera sesgada. Resultaba llamativo, de todas formas, que alguien que no fuese lerdo mental pudiera dar verosimilitud a los datos que iban saliendo. Y, sin embargo, el juicio paralelo en prensa y redes sociales no tardó en señalar culpables saltándose el sagrado principio de presunción de inocencia. Porque, claro, era evidente que Borja iba a pactar la compra de un partido en una terraza bajo su casa, con su pareja y su hija de testigos. O que los siete jugadores presuntamente implicados iban a celebrarlo en una barbacoa con sus mujeres e hijos subiendo fotografías a las redes sociales. ¡Y todo por la miseria de 7.000 euros! Solo los que vimos aquel partido sabemos con absoluta certeza que era imposible que estuviera amañado. 19 tiros del Pucela, dos disparos a los palos, un clamoroso penalti no pitado. ¡Y eso que no podía meter ningún gol! ¡Pero es que los que supuestamente habían comprado el partido perdieron la apuesta! En fin, ahora se sabe que las acusaciones policiales, a lo Mortadelo y Filemón, confundían a Carlos Aranda con Carlos Suárez o se limitaban a aportar recortes de prensa como prueba. Esos mínimos indicios fueron suficientes para sacar a un hombre esposado de su casa, delante de familia y vecinos (y, claro, con un fotógrafo en la puerta) y tenerle en el calabozo tres días. Da miedo solo pensarlo. Se ha sabido con posterioridad que algunos que se creían Woodward y Bernstein publicaron informaciones sesgadas, manipulando conversaciones (por ejemplo obviando una en la que se hablaba del encuentro Getafe-Villarreal), señalando a siete jugadores del Pucela sin ninguna prueba y dando por sagradas las escuchas de un par de mangantes (hasta Tebas declaró que sólo eran fanfarronerías). Pues eso, ahora solo esperar que el Valladolid se tire todo el verano en el juzgado. Pero solo para poner denuncias a diestro y siniestro. Especialmente a algún siniestro.

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