Con la misma melancolía con la que entonaba Amélia Rodrígues el popular fado 'Uma casa portuguesa', Valladolid se despide de La Portuguesa, uno de los espacios gastronómicos lusos con más solera de la ciudad. La calle de la Estación dejará de custodiar los fogones que ... han visto durante una década desfilar bacalaos y mejillones, porque esa casa no es solo amor, pan y vino.
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La jubilación y la falta de relevo firman la carta de despedida de otro establecimiento mítico y de referencia en la capital. Sigue así la estela de otros referentes gastronómicos con historia que echaron no hace mucho el cierre. La Goya, junto al Puente Colgante, o el Mesón Arandino, en Delicias, por no hablar de tenderos con renombre como Alimentación Heras en la plaza del Caño Argales. La ruina del edificio puso fecha de caducidad a las ventas de salazones de bacalao y a los sacos de legumbres.
Las peores despedidas son las que no se anuncian y todas ellas han sido inoportunas, pero avanzadas. Es por eso que conviene agradecer a todos ellos el empeño y el compromiso por llenar nuestras calles de buenos alimentos. La Portuguesa echa el telón y se despide con lleno absoluto. Mientras la cocina se apaga, se nos enciende la nostalgia que acompaña a una melodía que siempre nos tocará el corazón. ¡Obrigada!
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