Urgente García-Gallardo abandona la política y deja todos sus cargos en Vox
Feijóo, Casado. Mañueco y Ayuso, en el cierre de la campaña electroral del 13-F. Nacho Gallego / EFE

Obligada catarsis

Editorial ·

La acelerada pendiente por la que cae el PP urge a Génova a adoptar decisiones más rotundas que el intento de parchear semejante fractura

El Norte

Valladolid

Domingo, 20 de febrero 2022, 00:15

La crisis de proyecto, entereza y credibilidad que carcome al PP a cuenta del descarnado enfrentamiento entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso escribió ayer un nuevo episodio que contribuye a alimentar no solo la desesperanza y el desconcierto en las filas de los populares, ... sino también el escepticismo en la opinión pública sobre la capacidad del partido para remontar este cataclismo y seguir constituyendo un actor insoslayable en la democracia española. La revelación, primero, de que los dos protagonistas de la guerra civil desatada en el partido se reunieron el viernes conminados por los barones pero sin llegar a ningún arreglo –al menos momentáneo– y, horas después, el sorprendente cierre por parte de Génova del expediente incoado a la presidenta madrileña, describen unos acontecimientos difícilmente comprensibles ya para quienes asisten, desde el compromiso militante con la sigla conservadora, al acelerado deterioro de su vida interna y de su solidez de puertas hacia fuera.

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Es una evidencia, porque así lo han retransmitido tanto la dirección de Casado como Ayuso y los suyos, que el PP está abierto en canal. Lo que exige ya que el presidente de los populares, dado que ostenta la máxima autoridad, adopte las medidas oportunas para intentar atajar la hemorragia que amenaza con dejar en coma político al partido. Y restablecer la cohesión no como un parche, o un 'impasse', en la lucha por el poder hasta el congreso ordinario previsto nada menos que para julio, sino con un objetivo catártico.

Sin ello, difícilmente podrá recobrarse el PP de sus pugnas intestinas y del reproche del que se ha hecho acreedor por la irresponsable frivolidad con que se están conduciendo los representantes de la segunda fuerza del país. La que lo ha gobernado durante 15 años de su historia democrática; la que encabeza el Ejecutivo de una comunidad con el peso de la madrileña y otras autonomías; y la que está a punto de emprender las arduas negociaciones para tratar de retener el poder en Castilla y León tras haber forzado un anticipo electoral que, lejos de impulsar a Casado hacia la Moncloa, puede desembocar en un pernicioso bloqueo institucional para la ciudadanía.

Génova, y por extensión Ayuso, han de hacerse conscientes de que lo trascendental no es el control del PP. Y sí si el partido es capaz de sostenerse como una alternativa viable ante el bamboleante Gobierno de Sánchez y ante la inquietud que suscita el auge de un Vox que fricciona con los principios constitucionales.

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