Les juro que no me había dado cuenta de que nuestro Ayuntamiento lleva siete años sin subir los impuestos y tasas a los paganinis, que somos muchos, aunque no todos; la única razón que justifica este despiste es que tengo domiciliados mis recibos, por lo ... que, en lugar de comprobar si ha habido variaciones, doy por hecho que van subiendo de año en año. Por eso me sorprendió la noticia de que el consistorio no ha aumentando las cuantías desde el año 2013, que se dice pronto, y que tampoco piensa hacerlo en este. Lo que pasa es que cuando me encuentro con alguna buena noticia relacionada con los poderes públicos, recuerdo aquello que decía mi madre: «está una tan acostumbrada a perder que el día que gana se enfada».

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La decisión de los responsables municipales es un oasis en medio del desierto de precios al alza de cualquier cosa relacionada con vivir: desde la barbaridad del coste de la luz a la cesta de la compra o a los combustibles. Ya sé que es un poco añejo decir que está todo por las nubes, pero se entiende perfectamente la desazón que el ascenso imparable del IPC provoca en millones de familias.

Por ello se agradece el remanso de paz tributaria que nos ofrece la corporación pucelana, cuyo equipo de gobierno es sensible al padecimiento de numerosos ciudadanos. No obstante, como lo mío es criticar, señores concejales, no se me vengan arriba que todavía queda mucha legislatura…

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