Alfonso Fernández Mañueco y Luis Tudanca, antes de comenzar el primer debate electoral. Javier Lizón / EFE

Esta noche

La ventana indiscreta ·

«¿Habrán cambiado muchos electores de criterio? Dicen los expertos que no más allá del 2%, pero que los partidos que no se mueven pueden perder hasta un 20%»

Conozco casos en los que, por la disputa de una farola o un vallado, los candidatos acabaron en comisaría, pero las campañas tradicionales cada vez tienen menos repercusión en el voto del electorado e irán desapareciendo. Resultan muy costosas, agotadoras para los candidatos y para ... el electorado y quedarán como recurso meramente testimonial del pasado, igual que la pegada de carteles, el reparto de bolígrafos, gorras, pegatinas o los coches con megafonía. Eso que hemos ganado, porque el ruido era atronador y los pueblos quedaban sucios durante meses.

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Recuerdo un mitin clásico, a la vieja usanza, de Alfonso Guerra en la plaza de toros de Jaén. Yo estaba cerca y fui. Llegaron unos 200 autobuses de todas las provincias andaluzas y algunos de Extremadura. Había una veintena de 'listeros', que tomaban buena nota de los que llegaban y de dónde. Todos los viajeros laureados de pegatinas y banderitas, los autobuses forrados, carteles que empapelaban la plaza de toros y decenas de coches dando vueltas, con música y megafonía a todo volumen. Poco antes de comenzar el acto, unos cantantes, de caché considerable, ejercieron de teloneros y, justo antes, una avioneta hizo pasadas con una banderola: 'Alfonso, Jaén contigo'. ¿Jaén? Saludé a un compañero, maestro de Usagre.

¿Cuánto costó aquel mitin? Además de mucho dinero, muchísimo esfuerzo para movilizar a más de 4.000 personas (por megafonía dijeron que 10.000) y el trabajo de semanas. Lo importante era que las televisiones mostraran la capacidad de convocatoria del PSOE, 'la plaza abarrota' y que, en el momento preciso de la conexión con los informativos, Alfonso Guerra soltara la floritura del mitin, que aquel día fue una interrogante: «¿Zabéis por qué está la derecha tan cabreá? ¡Porque estáis gobernando vozoooootros!». ¡Dos orejas y rabo! Los que iban convencidos, que eran todos, salieron igual de convencidos y, con un bocadillo, volvieron a sus pueblos, contentos porque se acababan de enterar de que estaban gobernando.

No hay que ser adivinos para atisbar que las campañas del futuro se centrarán en debates televisados, en los que primará la imagen y algo, muy poco, de ofertas electorales inconcretas que den satisfacción a Agamenón y a su porquero. Los suizos, que votan hasta para cambiar una depuradora, prescinden de las campañas.

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Día E en Castilla y León, con una campaña que no ha tenido excesivos decibelios, excepto en los fines de semana, animados por los líderes de los partidos, que han participado para darse collejas unos a otros. ¿Se ha movilizado el voto? ¿Habrán cambiado muchos electores de criterio? Dicen los expertos que no más allá del 2%, pero que los partidos que no se mueven pueden perder hasta un 20%. El día que se convocaron las elecciones ya estaba casi todo decidido, pero esta noche comprobaremos si Mañueco no estuvo lento en la administración de los tiempos.

Esta mañana queda el último acto, tan tradicional como el reparto de 'merchandising' de ayer. Los candidatos nos enseñaran la cara amable con la familia, paseando por parques, tomando unas cañas con los amigos, en el campo, con los niños de la mano, jugando al fútbol... Y después a comerse las uñas hasta las diez, porque del toro de la urna nadie puede estar seguro, aunque se barrunten certezas que suelen confirmarse. Hoy es el día de San Benigno, pero no será igual de benigno para todos. Esta noche, ¿Tudanca o Mañueco? No se lo pregunten a Tezanos.

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