Se nos ha ido otro gran referente de la Ribera del Duero, uno de sus impulsores. El bodeguero vallisoletano Luis Sanz Busto ha fallecido a ... los 84 años. Luis era un hombre simpático, abierto y generoso, siempre sonriente. Sus palabras y sus pasos seguirán sonando por su Dehesa del alma para arropar a su Luzianilla querida, a sus cuatro hijos, Marta, Belén, Luis e Iván, y a sus nietos. Luis Dehesa compartió el sueño del amor de su vida, María Luz Cid, que era conservar la finca familiar en la que se había criado y que había sido vendida por su familia. En los años 60 del pasado siglo, la entonces joven pareja recuperó la finca histórica que en sus orígenes fue propiedad del Cabildo de la Catedral de Valladolid hasta la Desamortización de Mendizábal.
Con los años, Luis y Mariluz plantaron más viñas y fundaron la bodega Dehesa de los Canónigos para elaborar algunos de los tintos de guarda ribereños más singulares y reconocidos. Su primera añada salió en 1989. También fruto de ese amor nacieron sus cuatro hijos. Dos de ellos, Belén e Iván, desde jóvenes, tuvieron clara su vocación y decidieron enfocar su profesión hacia el proyecto familiar, de manera que hoy en día garantizan la continuidad del legado de Luis y María Luz. Las cepas seguirán brotando y las uvas volverán a convertirse en el mejor tinto Luis Sanz Busto Gran Reserva y el mejor clarete de guarda Luzianilla, referencias que han querido regalar a sus padres.
De profundas convicciones religiosas, Luis eligió el nombre de Solideo para el tinto reserva de la familia Sanz Cid, un vino que solo se elabora con las cosechas excepcionales. En una clara referencia a los orígenes eclesiásticos de la bodega, Solideo significa 'Solo ante Dios', y también se utiliza para designar el casquete de seda que suelen vestir el Papa, los obispos y algunas personas del clero para cubrirse la cabeza.
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Han sido muchas sus enseñanzas y grande el legado que deja. Muchos años de abrir las puertas de su casa-bodega a sus amigos. Para la familia Sanz Cid, como para cualquier bodeguero, la vendimia es el momento más esperado, tiempo de nervios y también de alegría. Desde hace años, Luis Dehesa y su familia han convertido la recolección de la uva en tiempo de generosidad solidaria. Reciben a sus amigos y nombran a un padrino de vendimia, un personaje ilustre que atesora los mismos valores que la familia Sanz Cid. Dicho padrino es escogido por la propia familia y por el 'Padrino de Padrinos', el periodista Pepe Ribagorda, que fue el primero en tener esta representación. La familia entrega como obsequio al padrino 300 botellas que contienen una producción especial del vino Reserva de Dehesa de los Canónigos. Una vez que ese reserva se ha afinado, el vino se subasta en una venta privada y los fondos recaudados se destinan a la ONG que elige el padrino de esa cosecha. Además, los Sanz Cid han puesto en marcha otros proyectos solidarios destacables que dicen mucho de Luis y de su familia.
Luis se ha ido rodeado de lo más querido, de su familia, en su casa amada. Sus amigos brindaremos una y mil veces en honor de un gran hombre. No te olvidaremos. Que la tierra te sea leve.
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