Sr. García

Netflix

Pongo el informativo de por la mañana con mariposas en la barriga y esa vibra de que va a pasar algo como el que enchufa la tele para ver el encierro de Pamplona el siete de julio a las ocho de la mañana

Chapu Apaolaza

Valladolid

Jueves, 18 de marzo 2021, 07:50

Sigue uno la política pensando qué pasará en el próximo capítulo. Pongo el informativo de por la mañana con mariposas en la barriga y esa vibra de que va a pasar algo como el que enchufa la tele para ver el encierro de Pamplona el ... siete de julio a las ocho de la mañana: «Levantaos, que va a empezar la rueda de prensa de Arrimadas». Va uno dudando de si en los gabinetes, más que expertos en comunicación, están contratando a directores de cine y que la cima del proceso de toma de poder del pueblo termine por ser esto en lo que todo parece una serie: 'Liberté, Égalité, Netflix'. Antes, en la izquierda todo eran cantautores y ahora son todos guionistas. «Esto no es Netflix», le advirtió la candidata de Más Madrid a Iglesias después de que propusiera una candidatura conjunta de izquierdas que él haría el favor de liderar. Iglesias vive una visión tan guionizada de sí mismo que cuando se ve el informativo dibuja un rectángulo con los dedos índices y pulgares y busca el encuadre del plano de su propia vida.

Publicidad

Oh, Iglesias, Sorkin de sí mismo. Se mete mucho en el papel. Ha sido irse del Gobierno y dejar de susurrar. Ahora va declamando de nuevo como un mitinero de los 70 y dice 'puñetera esto' y 'puñetera lo otro' porque está volviendo a los orígenes, o es que no lo véis. En las últimas elecciones de pronto apareció un día en un debate hablando como un seminarista y frotándose las manos con el jabón invisible de los curas. Algún día le darán la patada y el Oscar. ¡Gramsci! ¡Laclau! ¡Stanislavski! Por ponerle un pero, a la película de su vida se le ven algunos fallos de raccord como cuando en una de las escenas aparece vestido de camisa de Alcampo llevando a la perrita a hacer pipí en los alcorques de Vallecas y diciendo que no se puede tener una idea de lo que es el pueblo desde un piso de 600.000 euros y en la siguiente escena aparece viviendo en el chalé de Galapagar con cortacésped, cabaña para invitados, tinaja en la piscina y mucama del ministerio. O aquella en la que funda un partido asambleario-feminista-antinepotista y de pronto aparece casado con la número dos del movimiento y diciéndole a las candidatas de Madrid que ya está aquí el hombre de la casa a arreglarles el enchufe y ponerles la bombilla de las elecciones del cuatro de mayo. Estas cosas pasan a los mejores cineastas, como cuando le asomaba bombona de butano a una cuádriga de 'Gladiator'; se echa uno unas risas y a otra cosa.

Iglesias está a tiempo de ser todos los personajes. A veces vive en Spiderman y, cuando hay debate en el Congreso, por la mañana baja la Carrera de San Jerónimo, y desde sus muñecas proyecta imaginarios hilos de seda a las azoteas de Madrid mientras con la boca hace 'zss'. Escriben mis compañeros que vive en 'El Ala oeste de la Casa Blanca', aunque cualquiera de esos personajes son poco para él. Yo lo veo más en el fontanero de la porno cuando pregunta qué lavadora hay que arreglar aquí y entonces esboza una sonrisa irónica y por supuesto en 'Indiana Jones', a veces en el profesor que explica la lección mientras ellas les hacen ojitos, a veces corriendo a punto de ser aplastado por la roca rodante de los poderes económicos. Por supuesto que a todas las chicas las salva él.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad