Mientras Novak Djokovic hacía gala de sus recientes osadías antivacunas, esas bravatas tenían réplica en el mundo de la música. El mítico cantante Neil Young plantaba cara a Spotify. Retó al servicio digital de música y podcasts, advirtiendole que retiraría sus canciones si no dejaban ... de emitir los podcasts de Joe Rogan, un conocido locutor con audiencias masivas y una jeta que se la pisa, que no tiene reparos en invitar a sus programas a personajes que ponen en cuestión la autenticidad del coronavirus o la eficacia de las vacunas.
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Cuando esta enfermedad se ha cobrado en el planeta la vida de más de cinco millones y medio de personas, Young, hombre culto, antibelicista, preocupado por el planeta y por las personas, decidió echarle el pulso a Spotify. Le planteó que retiraría sus canciones de la plataforma millonaria si no dejaban de emitir los demoledores programas de Rogan. Este había entrevistado, entre otros, a finales del año pasado al médico Robert Malone, que había hecho unas peligrosas afirmaciones que podrían inducir al público a no vacunarse.
Una buena noticia ligada a la pedagogía de prevención de pandemia fue la que dio el Gobierno australiano al decidir la deportación de Djokovic. A Rogan ya lo habían denunciado ante Spotify médicos, científicos y profesores. Los firmantes recordaban que, ante una emergencia global, las plataformas de transmisión de contenidos tienen la responsabilidad de no agravar las cosas. Como se ve, los nuevos movimientos sociales se mueven en las redes al igual que en los 70-90 se manifestaban en la calle y reclamaban un determinado camino a seguir ante unos Gobiernos que reaccionaban con lentitud.
Así que Young lanzó su órdago a Spotify con esta sentencia: «Pueden tener a Rogan o a Young, pero no a ambos». Explicó que su intención era defender a las personas que se creían a pies juntillas las falsas informaciones de Rogan. Pero, claro, como su fichaje le costó a la plataforma cien millones de dólares y a día de hoy cuenta con once millones de oyentes, ha mantenido su apuesta en favor del descarado locutor y su enorme audiencia. Eso es lo que llenó de santa indignación a Neil Young.
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Al final, al tener que decidir entre la salud, la veracidad y el negocio, Spotify lo tuvo claro y decidió que Young se marchara con la música a otra parte. Después, anunció que va a retirar todo su repertorio. Así que, ha ganado Joe Rogan y ha perdido Neil Young, pero también hemos perdido todos. Vivimos en un mundo en el que demasiados mentirosos triunfan.
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