Una necesaria distensión
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La guerra comercial está frenando el crecimiento económico mundial, por lo que resulta imprescindible zanjar el conflictoSecciones
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La guerra comercial está frenando el crecimiento económico mundial, por lo que resulta imprescindible zanjar el conflictoDesde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca, las tensiones comerciales se han disparado, especialmente por el conflicto arancelario entre Estados Unidos y China. Pero también ha alcanzado a la Unión Europea, y en los últimos días ha acabado afectando muy directamente a ... España. El conflicto comercial, muy complejo en el marco nebuloso de la Organización Mundial de Comercio, que dura ya quince meses y que está en el origen de la ralentización mundial –la directora gerente del FMI manifestaba recientemente que tal disputa costaba cerca de un punto del PIB mundial–, es en realidad el reflejo de un forcejeo estratégico entre los Estados Unidos, que pelean por conservar el rango de primera potencia mundial, y China, que pugna por arrebatárselo. La hegemonía ya no depende como antaño de los arsenales nucleares, sino de la capacidad tecnológica, y Washington ha visto con aprensión y preocupación cómo el 5G, sobre el que se basa el internet de las cosas y que culminará la digitalización, está en manos chinas. Esto explica la beligerancia de Trump, poco propenso a resolver pacíficamente esta clase de rivalidades. El proteccionismo de Trump, que le ha proporcionado beneficios económicos indudables y una tasa de desempleo históricamente baja, no da más de sí, y es evidente que si el crecimiento global se congela aún más y la ralentización se acentúa, también Norteamérica se verá afectada. Por eso Trump, que tiene elecciones el año que viene y siempre obrará mirando su propio interés, ha de convencerse ahora y para el futuro de que la distensión comercial y el relanzamiento de la actividad benefician su candidatura, como parece evidente, lo que facilitará una relajación que podría extenderse a las medidas anunciadas contra España que deberían suspenderse antes del día 18. Pero sus cálculos son más inciertos y de ahí que estemos condenados a una inquietante inseguridad que no ayuda a la estabilización económica.
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