Nuevas tecnologías: prescindibles o necesarias

Nuestro actual alumnado es nativo digital y ese hecho condiciona su aprendizaje.

Si hablamos de tecnología con carácter retroactivo, podríamos considerar que los libros impresos, los cuadernos o incluso los bolígrafos fueron, en su tiempo, un gran adelanto tecnológico con respeto a la pluma, el pergamino o los códices.

Pero todos sabemos que no estamos hablando de esa tecnología, la verdadera revolución se generó a partir de la aparición de internet y la telefonía móvil. A nivel académico cuando se instauró su uso y su aplicación en las aulas.

Es obvio que las nuevas tecnologías (NTIC), tienen ventajas e inconvenientes y que después de analizarlos podremos valorar si potencian o no el aprendizaje.

Pero tampoco debemos crear una pelea entre lo digital y lo analógico, o demonizar a las NTIC.

Desde el punto de vista positivo, las nuevas tecnologías muestran una mayor cantidad de opciones para realizar cualquier consulta. Para ello está la red global (internet) donde podemos encontrar prácticamente la respuesta a cualquier cuestión.

También nos da una inmediatez que antes no existía. No olvidemos que hace no tantos años cualquier consulta conllevaba todo un proceso. Ir a una biblioteca, encontrar el libro que necesitábamos, fotocopiar la parte que más nos interesaba y luego realizar el trabajo correspondiente. Todo siempre que la suerte estuviese de nuestra parte, porque si el libro lo tenía prestado otra persona nos tocaba esperar unos días.

Carreras y peleas han visto estos ojitos por los pasillos de la biblioteca de la facultad para coger uno de los dos únicos ejemplares que había de un libro random. Incluso vi personas escondiendo alguno de ellos, cual «rebajista profesional», para encontrarlo al día siguiente y poder usarlo.

Todo esto a día de hoy se soluciona en exactamente dos minutos. Abres cualquier inteligencia artificial, tipo ChatGPT, y te hace el trabajo a demanda del cliente. Número de palabras, tipo de caligrafía, tema, ilustraciones, en fin, cualquier cosa que necesites para el trabajo. Y ahora en lugar de llevarnos varios días ha pasado a poder estar listo en minutos.

Las nuevas tecnologías también han promovido una mayor interactividad entre sujetos que comparten estudios o aficiones.

Los grupos de chats, redes sociales, el propio correo electrónico, Facebook, YouTube, foros… Todos ellos generan un intercambio de información enriquecedor y beneficioso.

El autoaprendizaje ha pegado un gran salto desde unos años para acá, impulsado por la pandemia. Gracias a los miles de vídeos tutoriales sobre cualquier aspecto podemos aprender a golpe de un clic desde cómo se desatasca una tubería a cómo resolver una integral doble. El coste de todo esto es prácticamente nulo. Simplemente necesitas un dispositivo tecnológico y conexión a internet.

Otra de las bondades de las NTIC es la relación de los docentes con las familias. Gracias a ellas hay una fluidez e inmediatez a la hora de ver el resultado de un examen, pedir una cita para charlar sobre la evolución académica del alumno o resolver los problemas que puedan surgir en el día a día.

Es también de recibo explicar las nuevas líneas de aprendizaje que han surgido con las NTIC.

Numerosas técnicas de e-learning como la gamificación, flipped clasroom, eportafolio, y cientos de nuevas opciones que aparecen prácticamente a diario son también alternativas para que los docentes las desarrollen en sus clases. En muchos casos, muchas de ellas se han vuelto practicamente indispensables.

Pero ¿qué pasa con los inconvenientes de las NTIC?

No debemos olvidar que el fin de las NTIC en el aula es conectar al profesor con el alumno, es decir buscar un canal de transmisión de datos adecuado a los tiempos que corren.

Si potenciamos su uso y el profesor no está preparado, ya sea porque no tiene los suficientes conocimientos tecnológicos, porque no le guste ese método o porque le haya sido impuesto, en vez de mejorar la productividad y la eficiencia, generaremos el efecto contrario.

Las nuevas leyes impulsadas desde Europa han obligado a los sistemas educativos de los diferentes países a asegurarse de que su alumnado está preparado tecnológicamente.

Pero claro, para poder formar, primero tienes que saberte tú la lección, y la excesiva inmediatez del progreso de las NTIC ha puesto en el brete a muchos maestros incapaces de asimilar ciertos conceptos. Con lo cual se hace harto imposible transmitirlos.

La pandemia ya nos dio un ejemplo claro de la escasa preparación tecnológica de los profesores que tuvieron que solventarla a trancas y barrancas, ojeando los mismos tutoriales que veían sus alumnos para poder entender sus clases.

Por otro lado, damos por hecho que hoy en día todo el mundo tiene acceso a las NTIC, y no es un dato cierto, por lo que parte del alumnado queda fuera del sistema tecnológico (brecha digital).

También cabe decir que las NTIC, en muchas ocasiones, en vez de unir generaciones de padres o profesores con los alumnos, los separan aún más. El uso inadecuado de las mismas puede generar las llamadas 'enfermedades tecnológicas'. Dependencia, ansiedad, insomnio, aislamiento social, problemas visuales o incluso ciberbullying pueden ser algunas de las consecuencias de su mal uso.

Una vez analizados los pros y contras, puesto que los docentes tienen que satisfacer las necesidades de la diversidad del alumnado de sus aulas, es muy positivo tener en cuenta los nuevos avances científicos que centran el aprendizaje en un modelo denominado Diseño Universal de Aprendizaje (DUA), que explica diferentes recursos y estrategias para garantizar la diversidad y el aprendizaje inclusivo.

Este modelo garantiza el desarrollo integral del alumno gracias a un amplio abanico de actividades donde por supuesto tienen cabida relevante las NTIC, pero sin exclusividad.

Con eso garantizaremos que sea cual sea el alumno, sus circunstancias cognitivas, personales o su motivación y compromiso tendrá acceso a los contenidos académicos y podrá poner en práctica lo aprendido.

Podríamos concluir diciendo que las NTIC no han destrozado, pero tampoco mejorado la educación por el simple hecho de instaurarse en el aula.

Se han convertido en una buena herramienta siempre que su uso por parte de docentes y estudiantes sea el adecuado. Si no es así, mejor volvamos a la pluma y al manuscrito que nos tendrá más en cuenta.