Secciones
Servicios
Destacamos
Dicen que en tiempos de tribulación conviene no hacer mudanza, pero es esa tribulación la que siempre nos impone los cambios, la mudanza, por no decir el desahucio. El mundo y la vida cambian tras las guerras, las crisis, las pandemias…Y esas variaciones no ... siempre son –o parecen– catastróficas. La más oscura Edad Media se transformó, en parte como consecuencia de la Peste Negra del XIV, en el Renacimiento. Los felices años 20 son el engañoso fulgor del fin de la I Guerra. El paraíso europeo que disfrutamos hasta hace poco nació de la II Guerra Mundial. No hay mal que por bien no venga, dice el refranero, que el que no se consuela es porque no quiere.
Cuesta creer que el mundo que nazca tras la covid-19 tenga algo de bueno. Tiene mala pinta y, además, diríase que nos pilla viejos y cansados. Es como si todo nos fuera a venir impuesto; como si nuestra voluntad o intervención fueran a ser nulas. ¿Fabrica el ser humano el futuro o es simple juguete de las circunstancias? Es innegable que en los albores del siglo XV; o tras la I Guerra Mundial –incluso tras la segunda– teníamos menos herramientas que ahora para influir en el destino. Todos los profetas actuales prevén una vida menos grata, un tiempo más oscuro. ¿De verdad hemos de resignarnos a esa realidad impuesta por una enfermedad? ¿No servirán la técnica y la ciencia para algo más que para producir vídeos absurdos y vacíos en las redes sociales? Es desmoralizador asumir que estemos casi tan indefensos ante la desgracia como en el pasado más remoto.
Noticia Relacionada
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.