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La bicicleta destrozada de Rebellin en el lugar del accidente. Efe
Muerte de un ciclista. 2

Muerte de un ciclista. 2

Rebellin tuvo sus sombras, porque aquí no hemos venido a sufrir, y quien lo diga miente. Aquí hemos venido a crecer y multiplicarnos

Jesús Nieto Jurado

Valladolid

Domingo, 4 de diciembre 2022, 00:31

Mataron a Davide Rebellin y se nos quitaron las tonterías del cártel del Bierzo que dicen que es machista, de las lágrimas de mamandurria y de porcelanosa de Irene Montero, la viva estampa de la meritocracia ibérica. La muerte de un ciclista, que se retiró ... hace nada, que tuvo su leyenda, a lo Maradona, nos pone frente a la verdad. Porque el ciclismo -dopaje sí o no- es como el toreo; verdad. Y frente a la verdad de la existencia, frente a un camionero que te arrolla y huye no caben paliativos, ni tío tok ni leches. Sólo queda agachar la testuz, tirar del día, mirar la estrella del portal de Belén que tienes por montar y ver que vivimos en el peor de los mundos posibles, y que, aun así, estamos como de milagro usted y yo ahora, con el periódico.

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