Las moscas
Con tilde ·
«Solo falta retirar algunas barreras zumbonas en el camino que se niegan a apartarse»Marta rózpide
Lunes, 27 de septiembre 2021, 07:15
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Con tilde ·
«Solo falta retirar algunas barreras zumbonas en el camino que se niegan a apartarse»Marta rózpide
Lunes, 27 de septiembre 2021, 07:15
Estamos viendo cambiar muchas cosas. Unas, lentamente, como las cabinas telefónicas, que algún día tornarán puestos de carga eléctrica o cabinas de teletransporte –si la cosa sigue prolongándose, quién sabe–. Otras, más rápido, como las horas de luz por la tarde que se alejan hacia ... el Oeste siguiendo al astro rey. Algunas, sin embargo, parecen quietas, bañadas en resina, intentando cristalizar. Buscan convertirse en ámbar sin éxito. Son como las moscas que describía Machado en 'Campos de Castilla', «Familiares, inevitables golosas», que ahora insisten en apurar su último vuelo aturdidas, «rebotando en los cristales de los días otoñales…».
Pocas de esas moscas, aunque todavía unas cuantas, son personas. Sí, personas desesperadas por el último chupito de hemoglobina caliente. Salen cuando menos te lo esperas y se esconden en la habitación con tanto arte que, cuando las pillas, tu sorpresa vence a la agilidad para echarlas. Estos insectos humanos habitan entre nosotros. Se presentan como la personificación de la corrección y la justicia; como profetas de la voluntad divina, mientras se frotan las patitas con remilgo. Son esas personas acicaladas a las que Ortega y Gasset recomendaría una «higiene de ideales».
Por suerte, se descubren pronto, no aguantan sin salir a buscar dónde dar picotazos… Esta vez ha sido con el anuncio de la adhesión de Valladolid a la Red de Municipios Libres de Trata de Mujeres. Una iniciativa que se concibe de sentido común para la mayoría de la población ha servido como revulsivo para un grupo de dípteros chupasangre. Que si «debemos diferenciar entre trata y prostitución…», cuando la una es consecuencia de la otra. Que si «la prostitución es el oficio más antiguo del mundo…», cuando de pensar así seguiríamos viviendo en la caverna...
Entre todos estos moscones que veremos salir, lo hay más escurridizos; con excusas todavía más ridículas. Argumentan que es mejor ser proxeneta que ser comunista. Así de simple. Resulta que, para un grupo político español, autoproclamado bastión de la moral, es más pecaminoso seguir los ideales de un filósofo alemán que contribuir a la esclavitud sexual. Con suerte, algunas cosas cambiarán antes que tarde y el proceso para su abolición parece coger impulso en nuestro país. Solo falta retirar algunas barreras zumbonas en el camino que se niegan a apartarse. Tengamos paciencia. Nunca duró una mosca tantos otoños.
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