Los Minguelas conforman una estirpe animosa y resuelta originaria de Frumales, de donde salieron a conquistar el mundo en los años sesenta y setenta, cuando los pueblos comenzaban a adelgazarse. Conocí a sus padres, Dominga y Narciso, que hablaban con la franqueza diáfana de los ... cielos de nuestra tierra los días de verano. Los hijos albergaron sueños redondos en forma de balones. El más célebre de la estirpe acaso fuera Luis Mariano que hizo su carrera profesional en el Real Valladolid con el que conquistó una Copa de la Liga y que tocó la gloria internacional el día que jugó un partido en Coruña contra Polonia en el que ganó la selección Española. Luego, por un tiempo, Luis Mariano, anduvo metido en política. Imagino la alegría de Dominga y Narciso el día que vieran a su hijo saltar al campo coruñés luciendo la camiseta de la selección española.
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Decía Camús que había aprendido Filosofía jugando al fútbol. Conocí de niño a José Antonio, el Minguela mayor, también futbolista, que hizo su carrera en tercera división, siempre ligado a la Gimnástica Segoviana, un equipo esforzado y modesto como la pequeña ciudad que le da nombre. José Antonio, franco y directo, tampoco tiene pelos en la lengua. De niño mostraba actitudes deportivas con aquellas boleas que atravesaban el campo de un lateral al otro. Mejor no tenerle en frente por la contundencia de sus chutes. Un tipo aguerrido y noble, un valladar que daba oxígeno a los delanteros. Cuando los músculos comenzaron a resentirse por los achaques de la edad, allá por los treinta y tantos, asumió tareas de entrenador. Entrenar un equipo que aspira a ascender supongo que desgasta. Minguela cultivó la constancia y la ilusión. También la modestia y el orgullo de los eternos aspirantes. Pasada su etapa de entrenador pasó a formar parte de la directiva. Siempre soñando con llegar a más, tirando del carro como tantos visionarios.
La semana pasada saltó la noticia: el estadio de fútbol de Nueva Segovia, a propuesta del presidente de la Gimnástica, va a llevar el nombre de José Antonio Minguela Muñoz. El corazón de dio un vuelco al enterarme. El deportista más glorioso de Segovia fue Perico Delgado. Nadie lo discute. Un pabellón deportivo lleva su nombre.
En José Antonio Minguela supongo que se reconoce el afán de superación y la tenacidad de los deportistas que no tiran la toalla. Seguir y mantenerse. El pleno aprobó la propuesta por unanimidad. Minguela, el compañero de juegos infantiles que va a dar su nombre a un estadio, representa a todos los que salen de casa cada día con ilusión, los que se esfuerzan en su pequeña parcela por allanar el camino haciendo un mundo mejor, aunque sospechen que nunca van a subir al podio.
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