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La cosa más sorprendente sobre las manifestaciones de los granjeros han sido los motivos de sus protestas. Mucha burocracia para pocas subvenciones; cuesta más cultivar la cosecha que el beneficio que da al venderla; los productos africanos son más baratos que los españoles y ... no se puede competir con ellos; los franceses dicen que la fruta orgánica de España no conforma con las normas de la UE (su forma de decir lo mismo sobre naranjas españolas que los españoles dicen sobre lo que viene de África) ... La única cosa de la que no protestan, por lo menos no en voz tan alta como en los temas alistados aquí, es la cosa más importante: no hay agua. Si, piden subvenciones para afrontar la sequía, pero no es igual. No se puede beber dinero.
No hace falta ser climatólogo o granjero para saber que, si no hay agua, no hay vida, que no solo las granjas de España y Europa no pueden seguir sin ello, sino la civilización humana. Y aquí estamos, viendo en la tele tractores bloqueando carreteras a la vez que vemos las ruinas de pueblos, hundidos hace décadas para hacer presas, ya otra vez en tierra seca y firme porque no llueve y los embalses están cada vez más vacíos. Si seguimos así, dentro de poco, cien años como mucho, la península Ibérica será nada más que una extensión del desierto del Sahara. Eso no es una opinión, sino que son las conclusiones de las investigaciones de la North American Space Agency (NASA) y la Royal Society of Arts (RSA), una sociedad entre cuyos socios han figurado personas de la categoría de Steven Hawkings y Tim Berners-Lee.
Ay, los científicos, como son. No contentos con dar noticias apocalípticas, van de mal en peor contándonos que la única manera de frenar esta catástrofe en progreso es dejar de usar carbón y petróleo. Qué pesados. ¿Cómo creen que vamos a llevar a los niños al cole sin usar el SUV? ¿Coger el autobús? ¡Anda ya! ¿Quién les paga para decirnos estas chorradas? Unos progres, seguro. Malditos eco histéricos.
Y, ¿quién sabe?, quizás que Stephen Hawking era un inculto en el campo del cambio climático, igual que Tim Berners-Lee. Si, ambos dijeron en varias ocasiones que el calentamiento del planeta tiene todo que ver con el uso de fueles fósiles, pero, a pesar de todo, uno era un simple astrofísico teórico de Cambridge y el otro no ha hecho más que inventar el World Wide Web (WWW). Donald Trump y Vladimir Putin nos aseguran que gastar gasolina no hace daño. Mucho mejor creerles a ellos, ¿verdad?
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