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Pablo Iglesias abraza a Yolanda Díaz tras dejar el primero La Moncloa. Marical / EFE
Meteoro Iglesias

Meteoro Iglesias

El santo laico que abominaba de la casta fue mostrando sus pecados. No su castidad, sino su 'casticidad'

Viernes, 13 de mayo 2022, 00:15

Desde la Puerta del Sol a los micrófonos de las tertulias. De Vallecas al legítimo chalet. Del asalto a los cielos a la refriega. Pablo Iglesias surgió con vocación de meteoro y como tal irrumpió en la política. No sonrió cuando ante la sorpresa de ... muchos su formación se hizo con varios escaños en el Parlamento Europeo. Al contrario, dijo que no se conformaban. Querían más. Se habló de sorpaso, puso su efigie en las papeletas y retó a un PSOE tembloroso. El sueño morado. Y la realidad. Esa barrera contumaz de la realidad choca contra la esponjosa bruma de las ideas y los sueños.

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