Las noticias más leídas del sábado 8 de febrero en El Norte de Castilla

Estaba esperando a que llegaran los pingüinos para hacerse notar. Y ya está aquí, el frío. El que no se atrevió a volver a casa por Navidad. El frío escuchando el galopar de la inflación, sobre el extracto del banco, en los arranques del año. ... El frío tratando de establecer justa correspondencia entre la factura de la energía y las horas de calefacción. El frío calculando que a Valladolid este año se llega en moto pagando la gasolina exactamente un 25 por ciento más cara que en 2020. El frío, en fin, pensando si abrigarse más para salir a la calle o para quedarse en casa, en consonancia con el racionamiento energético de este enero de gracia de 2022. «En invernales horas, mirad a Carolina. / Medio apelotonada, descansa en el sillón, / envuelta con su abrigo de marta cibelina / y no lejos del fuego que brilla en el salón», que escribió Rubén Darío.

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No hace para ello, pero como tampoco está para quedarse en casa, digo yo que habrá que animarse y salir. Buscar quizás una hoguera, para compartir un rato de conversación con los moteros. O tomarse unos vinos, que son bastante más rentables que el gasóleo como alternativa a la calefacción. Y pasar estas primeras horas invernales no como Carolina, sino como Boris Johnson, de fiesta en fiesta, pensando, para tener la conciencia tranquila frente a los que lo están pasando regular, que lo que se celebra son eventos de trabajo. La suerte que él tiene, que puede salir ante las cámaras, despeinado sin despeinarse, y explicar con toda pompa y circunstancia por qué se divertía tanto en la víspera de los funerales por el Duque de Edimburgo…

Salir un rato a la calle, a escuchar el rugido desafiante de los pingüinos. Que ya habrá tiempo también para quedarnos en casa, apelotonados como Carolina, esperando a ver si nos llaman del centro de salud para poder tratarnos de todo aquello que no es covid, pero que parece que viene también con garantía covid. Para leer en los periódicos cómo siguen bajando las cifras de contagios, ahora que los test se pueden hacer por menos de tres euros. Qué paradoja. Y para seguir el curso de la carrera electoral invernal de los castellanos y leoneses: más caliente fuera de la región, por lo que tiene de aviso para navegantes, que dentro. Tan caliente, que ha conseguido que por primera vez en la historia se hable de los ganaderos en todas las cadenas de televisión al mismo tiempo. Que los tertulianos digan 'purines' con la misma naturalidad que decían, por ejemplo, 'cloacas del Estado'. Y que los profesionales de la cosa política piensen una vez más en qué chaqueta ponerse, si la de Vox o la del PP, si la del PSOE o la de Podemos, que la de Ciudadanos parece que ya no se encuentra ni en rebajas. Según vean que van las cosas por Castilla y León, tablero experimental de juego, ¡por primera vez en tanto tiempo!, en el invierno político nacional.

Habrá que salir, digo yo, con amigos de carne y hueso. O, si no es posible por la covid, por lo menos con amigos virtuales. Una opción que por fin, gracias al 'metaverso' creado por el dios Zuckerberg, está cada día más cerca. No ya los muchachos cazando 'pokemon' por las calles, como en aquella fiebre que nos invadió en su día, sino también abuelos jugando a la petanca con sus amigos imaginarios, o parados de larga duración comentando con sus holografías las evoluciones de los trabajadores en las obras. Lo que viene siendo la externalización gloriosa del frikismo. O sea, más chatarra digital para los vertederos de África y menos calor humano, del de 36 grados corporales en estado asintomático, para los fríos del corazón. Los enemigos de la carne, que no descansan.

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