Mesa, escritorio, tablero, mostrador o camilla

A ese entorno, amable en algunas ocasiones y crispante en otras, se han apuntado las fuerzas sindicales de la provincia de León. Los sindicatos, de algún modo, son los cabeza de lista a la hora de convocar y ofrecer sillas para esa mesa creada a base de buenos deseos y necesarios proyectos de futuro.

Mientras el debate leonesista va camino de confundir y confundirse entre la niebla, cada día más cerrada y más espesa, la representación sindical ha optado por tomar distancia y apostar por la línea del 'efectivismo'.

UGT y Comisiones Obreras han recurrido a la practicidad, a la formulación efectiva de un problema para el que urgen soluciones: León agoniza.

La propuesta sindical no llega desde el oportunismo, sino desde el realismo y por eso su valor se multiplica de forma efectiva. Tan crítica es la situación al norte de la comunidad que 'algo' habrá que hacer. Ya no sirve comprar al vocero de turno o lanzar mensajes prefabricados, mucho menos deslizar gestos de preocupación si no van más allá de un discurso artificial y hueco en el contenido.

La pretendida 'Mesa por León' que los sindicatos han lanzado a los cuatro polos cardinales es una llamada al encuentro para quienes, simplemente divisando la realidad, tengan la visión necesaria como plantear alternativas.

Hay realidades que no se superan con un titular sacado del laboratorio. León, junto con Zamora, se encuentra hoy en el último asiento de la tasa de actividad de Castilla y León. Nadie está peor, y lo dice el INE, por lo que no admite mucha discusión el asunto. Tan negativo es ese dato, que le distancia en diez puntos con la cabeza de una clasificación que sirve para baremar el número de personas empleadas entre quienes tienen tal capacidad.

A la cola en 'tasa de actividad' y a la cola en 'tasa de empleo' es un doble síntoma que evidencia la necesidad de una apuesta conjunta, global y cierta por evitar el desmoronamiento económico y social en la provincia de León.

Si algo bueno ha tenido la llamada sindical, esa solícita petición de auxilio, es el haber cursado invitación a todos los actores con poder para remediar en el medio y largo plazo la situación, desde las administraciones a los empresarios, pasando por la parte laboral y social.

No es la primera ocasión en la que se recurre a esta fórmula. Tampoco está tan lejos el estrepitoso fracaso del denominado 'Pacto por León', deformado y derretido por el calor de los focos bajo los que se situaban los impulsores del mismo.

Aquel fue un pacto cargado de promesas y de destellos, la de ahora es una mesa repleta de urgencias y de necesidades.

Si a ella acuden mentores del futuro y la creación industrial, actores económicos dispuestos a reactivar el norte de la comunidad, y promotores de iniciativas reales y realistas habrá servido la llamada para algo más que un puñado de fotos y buenas palabras.

De momento, los sindicatos se merecen la oportunidad y el apoyo hasta conocer el desenlace final. Y su propuesta, atrevida, supone hacer León y hacer comunidad. Que tomen ejemplo rupturistas e inmovilistas.