Mi abuela Concha, que en paz descanse, siempre decía que acabaríamos regresando a lo de siempre e ironizaba con la etiqueta 'ecológico', un sello que ahora nos parece muy chic pero que no es más que, por ejemplo, volver a comer alimentos de toda la ... vida, sin aderezos, sin aditivos, sin venta 'on-line', de tú a tú. Nos hemos convertido en consumidores lejanos hasta tal punto que consideramos vintage regresar a un mercado y hacer la compra de toda la vida. No es extraño que incluso en algún pack turístico te ofrezcan una visita imprescindible por unos de los mercados de la ciudad, por su encanto, ideosincrasia o por su arquitectura y por sus gentes. Lo que antes era cotidiano y habitual se acaba convirtiendo en toda una galería de arte.
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Lo de siempre está muy bien y hay que saber apreciarlo, tal vez por eso se están revitalizando los mercados municipales y las galerías de barrio. Esta vez le ha tocado al popular vecindario de La Rondilla.
El Ayuntamiento de Valladolid ha decidido dignificar el último espacio comercial público que quedaba. Estará más reducido, pero se atenderá asi a la falta de vocación industrial. Menos puestos, pero más atractivos. Es el primer paso dado en la Junta de gobierno, uno justo y necesario por cuanto aportará la visibilidad necesaria para unas galerías que durante años esperaban algo más que un simple lavado de cara.
Una oportunidad para los mercaderes moradores que trabajan cada día por mantener las costumbres.
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