Dicen de las buenas personas que están dotadas de un sentido especial de la justicia y de la bondad. De ello queremos hablar. Van camino ... de cuarenta años las veces que este medio me permite recordar en estas fechas, a propósito de su asesinato, la figura de Mahatma Gandhi. La mayor democracia mundial, la India ha celebrado el año pasado el 150 aniversario de su nacimiento con grandes eventos, referidos en su mayoría a rememorar la vida y el pensamiento del que ha sido llamado padre de la India moderna, 'Bapu'; dadas las decisiones políticas tomadas por el gobierno nacionalista actual sobre Cachemira, sobre la población musulmana de la provincia de Assam, o la propuesta de otorgar la más alta distinción de la India, el 'Bharat Ratna', al ideólogo del asesinato de Gandhi, Vinaiak Dámodar Savarkar, parece que son pocas las lecciones gandhianas aprendidas.
En varias ocasiones Mohandas Karamchanh Gandhi fue nominado para el Nobel de la Paz, sin prosperar su candidatura; no sabemos cómo lo hubiera acogido, dada su personalidad tan compleja y original. Un buen número de documentos sacados a la luz en 2003, de entre de los archivos de los sótanos del instituto del Nobel en Oslo, publicados por la agencia Reuter, han confirmado que Gandhi fue propuesto para dicho galardón en 1937, 1947 y 1948. El primer año de ser postulado, el informante Jacob Worm-Müllern, historiador noruego, decía del candidato que era «una buena, noble y ascética persona», añadiendo que era «un luchador de la libertad y un dictador (sic), un idealista y un nacionalista», y concluía su informe que su imagen frecuentemente era la «de un Cristo, pero también, un político ordinario»; lo podemos leer en la página web de los premios Nobel en 'Mahatma Gandhi, the Missing Laureate'. Los documentos encontrados revelan también que fue preseleccionado en 1947 junto a media docena de candidatos, entre ellos el inglés Sir Alfred Eckhard Zimmern, experto en relaciones internacionales y acuñador del término 'Commonwealth Britanica', el sueco Fredrik Natanael Berksow, teólogo y pacifista, la norteamericana Anna Eleanor Roosevelt, escritora, política y esposa de un presidente norteamericano, y el grupo británico cuáquero 'Servicio de Consejo de los Amigos', que recibió el galardón compartido con sus compañeros norteamericanos. Avanzado el año 1947, en un proceso de superación de los desastres producidos en la Segunda Guerra Mundial y con una recién estrenada independencia, el gobierno de la India se propuso obtener el Nobel de la Paz para Gandhi, como «arquitecto de la nación india, el más grande exponente viviente del orden moral y el más efectivo campeón mundial de la paz hoy en día». La concesión no se hizo efectiva, porque el órgano decisorio del premio no podía dar un respaldo, dada la división política y comunitarista de la partición, la India, predominantemente hindú y sij, y Pakistán con una población mayoritariamente musulmana, otorgando un premio a un líder hindú. Ya en 1948, la candidatura de Gandhi fue de las más apoyadas, pero sucedió su asesinato.
La madrugada del 30 de enero, Gandhi, de setenta y nueve años, comenzó el día haciendo las primeras plegarias, mientras su sobrina Manu, entonaba, a petición suya, la salmodia del Bhagavad Gita «Cansado o no, ¡oh hombre! No descanses». Se encontraba en Nueva Delhi, disfrutando de la hospitalidad de su amigo Shri G.D. Birla. El día transcurría con los rituales diarios más comunes y las conversaciones con los que acababan de llegar de lugares donde todavía continuaban las masacres entre hindúes y musulmanes. A las cuatro de la tarde mantuvo una entrevista con Sardar Patel, ministro del Interior de la nueva nación india, para mediar en la grave tensión con el primer ministro Nehru de cómo dirigir el país. La conversación había superado las cinco de la tarde, se disculpó ante Patel, porque debía acudir a su cita de oración, le esperaban una multitud de personas para escucharle. Se puso andar apoyado en sus 'dos bastones', las jóvenes Manu y Abha, esta vez sin la presencia de Sushila Nayar, su médica, se encontraba en Pakistán, ni la del responsable policial, ausente por encontrarse en una reunión para diseñar el operativo para controlar una huelga de empleados municipales. Ya cercanos al lugar y rodeados de la gente, un hombre con uniforme caqui, Nathuram Godsé, empuñando una pistola 'Beretta', saludó con un «¡Namaste!» (¡Hola!) y disparó tres tiros sobre el cuerpo de Gandhi, cayendo éste sobre la hierba, fulminado con su 'dhoti' ensangrentado.
El 1 de febrero de 1948 era la fecha limite para presentar candidaturas al Nobel de la Paz. El premio quedó desierto, para el comité de selección: «No había ningún candidato vivo elegible». En el caso de Gandhi, su candidatura había sido postulada pero no nominada todavía, y su asesinato sucedió antes del cierre de las nominaciones; la aplicación literal de los estatutos impidió honrarle póstumamente en la categoría que como persona buena el mismo Nobel había establecido en su testamento, concédase «a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de los procesos de paz». En uno de sus estudios sobre el arte de la paz, el profesor de la Universidad de La Laguna, Juan Claudio Acinas, expone que la desobediencia civil, la resistencia no armada o la no-violencia, en combinación con la reacción individual, reflexiva y solidaria contra el sistema del odio son algunas de las tareas básicas de la educación cívica en este arte de la paz en construcción. El premio/encargo que Gandhi nos ha aportado es el trabajo de este arte y conviene recordarlo en el Día Escolar de la No-violencia y la Paz (DENYP) para seguir practicando en estos tiempos de voces de odio.
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