La ecología es tan complicada como la política porque depende de ella: sus señorías lanzan sus dejaciones y negligencias contra el país, que terminan estrellándose en la salud y la biografía veraniega de las gentes. En este siglo homicida de naturalezas ya muertas y zombis ... recalcitrantes que preparan su regreso al salón de pasos perdidos de Carrera de San Jerónimo, con las últimas brisas y oros del verano Sánchez y Casado se aplauden mutuamente por declarar el incendio de Ávila como zona catastrófica. Entre autógrafos sobre escayola, parabienes cortesanos y emociones narcisas, ¡albricias!, ya hay un primer acuerdo entre Gobierno y oposición: son 22.000 las hectáreas calcinadas. Los bomberos ya han denunciado a la Diputación de Ávila por su tardanza en reaccionar desde el primer aviso: en el Servicio de prevención y extinción de incendios estaban a por uvas o en la barbacoa con los niños.
Ya sabemos algo más de la catástrofe ecológica del mar Menor: la entrada de 'nutrientes' fitotóxicos –nitrógeno y fósforo– de la agricultura a lo largo del año, lo que se llama eutrofización, y el rebosamiento de las depuradoras urbanas han tenido que ver. Ya ocurrió en 2016 y en 2019, de manera que no ha pillado a nadie por sorpresa. Borges escribe que solo hay unas cuantas metáforas a las que la humanidad recurre desde el origen de sus tiempos para explicar el mundo; se nos ocurre que la Naturaleza es como el gigante Ticio, condenado por los dioses según cuenta Ovidio a que su hígado, que se generaba una y otra vez, fuese devorado por dos buitres –los políticos actuales– para toda la eternidad. Todo está ahí, en la mitología, incluido el amonio, el sulfhídrico y el metano de los purines murcianos que hieden a mala conciencia. Muchas son las causas de que el mar Menor agonice. Lluvias torrenciales, 8.000 hectáreas con regadío ilegal, exceso de nitratos por metro cuadrado, descoordinación entre el Gobierno central y el murciano… Ya andan tirándose los trastos a la cabeza la ministra de Política territorial, Isabel Rodríguez, y el PP, que gobierna la región desde 1995. La primera apuntó anteayer que «lo que corresponde es que cada uno ejerza sus competencias. El Gobierno ejerce sus competencias y el Gobierno de Murcia ha de ejercer sus competencias. Este es un problema importante». Tanta brillantez a lo Epi y Blas nos deja sin palabras.
Coche funerario para el caballito de mar: solo algunos lloran muertos marinos entre tanto desastre de la guerra civil afgana, tantos menores devueltos en Ceuta y el lío del ministro y tanta oferta de fichaje del Real Madrid. Hasta cinco toneladas de peces flotan hoy inermes en la laguna salada porque el Gobierno de Murcia no ha tramitado ochocientos expedientes sancionadores abiertos por Seprona, la Guardia Civil y la Fiscalía de Medio Ambiente. Lo de los políticos es matarnos despacio en los muchos homicidios, con 'agostidad' y alevosía: los males mayores a nuestros mares menores, en definitiva. Sopa verde para todos. El fitoplancton nos asfixia. Una vez más, de la hipoxia a la anoxia. Como en la pandemia, para no perder las costumbres, Amore.