Mañueco y Puente

Mañueco renació en la tarde-noche del pasado lunes, 22 de marzo, tras superar la primera moción de censura que se ha debatido en la comunidad autónoma en 38 años. Hay un Mañueco antes de la moción y un Mañueco después de la moción. Haber solventado con éxito semejante dificultad lo ha transformado y ¡ay de los que han jugado estas semanas en el PP al 'por si acaso'!

El secretario socialista, que no líder, Luis Tudanca, ha contribuido sobremanera a ese renacimiento del presidente regional. Pero no solo él. Lo de Mañueco en su propio partido para presidir la Junta ha sido una carrera de grandes obstáculos desde 2007. Superó los dos intentos de los más cercanos a Juan Vicente Herrera –y de este mismo– de apartarle de la secretaría general en dos congresos. Trató después Herrera en su último mandato de que la salmantino-zamorana Rosa Valdeón fuese la 'hereu'; ella misma, con sus patinazos al volante, tiró por la borda su carrera política. A continuación, Mañueco salvó otro frenazo del propio Herrera para que le sustituyera en la Presidencia regional del PP Pablo Casado, algo que Mariano Rajoy no quiso ver ni en pintura porque acababa de nombrar al palentino-abulense vicesecretario nacional de Comunicación (Esto explica buena parte de la animadversión de la actual dirección nacional del PP contra la regional).

Posteriormente, Mañueco ganó a Herrera las primarias frente a Antonio Silván. Vino inmediatamente la todavía no esclarecida operación Silvia Clemente en Ciudadanos, que pretendía que con apoyo socialista fuese ella presidenta de la Junta. Aquí, en los planes urdidos en Madrid en el centro-derecha se cruzó Francisco Igea y cuando parecía que el pacto en julio de 2019 sería de este con el PSOE, Albert Rivera eligió en toda España al PP como socio preferente y Mañueco, presidente. Ahora ha superado el enésimo obstáculo, la moción de censura, pero, junto a ella, se le ha recrudecido la oposición interna desde Génova, con la guerra de guerrillas en los nueve congresos provinciales.

Conviene detenerse en este punto en las semanas previas a la moción. Huelga decir que determinados comportamientos de los suyos muestran que en alguna de las plantas de la todavía sede nacional de la calle Génova alguien se habría alegrado si Tudanca hubiese apartado a Mañueco de la Presidencia de la Junta. De hecho, mientras aquí se batían el cobre para que las deserciones de Ciudadanos no se hiciesen efectivas, los 'Egea boys' seguían en Madrid con sus contactos para aplicar en Castilla y León los planes del secretario general, Teodoro García Egea, de controlar el aparato del partido. El martes 16, el diputado nacional, alcalde de Villalón y mandamás de Egea en Valladolid, José Ángel Alonso, colgaba en sus redes una foto en el exclusivo 'Casa Lhardy', de Madrid, compartiendo mesa, mantel y cocido, entre otros, con Tomás Cabezón, hombre de Egea en Soria. Y para rematar la semana, la imposición desde la sede de Génova de Mercedes Cantalapiedra para número dos del PP de Valladolid. Como tengan Casado y Egea el mismo conocimiento de su partido en el resto de España que el que demuestran en Valladolid, Pedro Sánchez que se fume un puro: con este PP tiene asegurada una larga estancia en La Moncloa.

Aquí entra en juego el otro componente del pulso que se libra desde julio de 2019 en Castilla y León: a un lado, Mañueco; al otro, Óscar Puente. Como Tudanca es al liderazgo lo que Vladimir Putin a las obras pías y como en esta región puedes ganar 2.247 alcaldías, pero si pierdes la de Valladolid tienes un problema, Puente es desde 2015 la referencia autonómica del PSOE con su hacer en la Alcaldía, donde no tiene oposición del PP. ¡Y menos que va a tener! El dicho señala que 'la suerte te pille trabajando', pero le ha llegado al alcalde socialista una merced del cielo en forma de probable candidata popular en 2023. El pasado más pasado del PP, la más entusiasta dirigente pro Javier León, ha sido aupada por Egea a número dos. Regalazo a Puente. Haber mantenido este en buenas condiciones de conservación la pólvora que ha reunido sobre la gestión de Cantalapiedra como teniente de alcalde y concejala de Cultura les va a venir muy bien al regidor y al PSOE.

A ver si en Génova de tanto empeñarse en hacer daño a Mañueco están descuidando otros flancos electoralmente muy sensibles... Vox aplaude tanto como el PSOE ante la imposición de Cantalapiedra en Valladolid.