Mañueco no es Juanma
LA ESPITA ·
La división interna de los populares españoles por el papel de la presidenta madrileña Ayuso frente al presidente nacional Feijóo guarda inmensas similitudes con la que padecieron en 2008LA ESPITA ·
La división interna de los populares españoles por el papel de la presidenta madrileña Ayuso frente al presidente nacional Feijóo guarda inmensas similitudes con la que padecieron en 2008La política tiene una desconcertante tendencia a repetir hechos y, precisamente, no los más agradables. Lo padece el PP desde hace un par de semanas. Lo que ahora está haciendo la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, con Alberto Núñez Feijóo, guarda una inmensa similitud con ... lo que hace 14 años hacía la entonces todopoderosa Esperanza Aguirre con Mariano Rajoy. En aquella crisis, el PP de Castilla y León tuvo fuerza para tratar de poner paz. ¿Podría hacer hoy lo mismo el PP regional?
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Hace 14 años, tras haber perdido las generales de marzo ante el leonés Zapatero, Mariano Rajoy estrenó la primavera con un recrudecimiento de los ataques internos desde el PP madrileño, capitaneado 'manu militari' por la 'lideresa' Esperanza Aguirre. Primera similitud con la pelea actual: el presidente nacional del partido, en la oposición; la atacante, al frente del gobierno y del PP madrileño. Segunda coincidencia, más anecdótica: el presidente nacional del partido, gallego; la atacante, madrileña.
Hace 14 años, el PP nacional estaba en modo 'depre' porque sus cuadros dirigentes, nacionales y territoriales, sus militantes y buena parte de su electorado todavía no habían digerido la salida abrupta del Gobierno de España tras la pésima gestión inicial de la información sobre los atentados del 11-M. En la actualidad, aunque por motivos completamente distintos, existe el modo 'depre' de los populares: permanece en la mente de sus cuadros dirigentes y militantes la áspera salida de La Moncloa vía la moción de censura que llevó a la Presidencia del Gobierno a Pedro Sánchez. A ese estado de ánimo se añaden las fallidas primarias que encumbraron a Pablo Casado (¡Ay aquellos que en Castilla y León se entregaron a hacerle la pelota! Qué mal lo están pasado ahora que hay que hacer nuevas listas electorales...). Fallidas porque ya saben cómo acabó el otrora presidente nacional popular –ora palentino, ora abulense– y cómo hace solo unos meses tuvieron que ir con el palio a Galicia a buscar a Feijóo los barones para cerrar esa enorme crisis.
Hace 14 años, tras perder las generales de marzo, Rajoy optó a la reelección a la Presidencia nacional del PP en el congreso que se iba a celebrar en Valencia el 20 de junio. Desde dos meses antes, la presidenta madrileña se había convertido en el peor enemigo del gallego y es ahí donde entró en juego el PP de Castilla y León, con un activo Juan Vicente Herrera a favor de Rajoy. Con mayorías absolutas de las que marcan época, desde 2003 Herrera había ido consolidando su imagen en la estructura nacional del partido a base, precisamente, de llenar las urnas de votos para el PP. A eso unía un enorme rechazo a frecuentar cenáculos y desayunos informativos madrileños, dedicándose única y exclusivamente a la tarea de gobierno desde la Presidencia de la Junta. Fue Herrera quien, escasas tres semanas antes del cónclave nacional valenciano reunió en Valladolid el apoyo para Rajoy de 16 de las 17 direcciones autonómicas del PP; todas menos, evidentemente, Madrid. Aquello sirvió para extender una alfrombra roja de cara al congreso nacional, que se celebraría en Valencia y ganaría Rajoy. Algo más de tres años después, alcanzaría La Moncloa tras erosionarse enormemente la situación económica española: la crisis financiera, que explosionó ese verano de 2008, llevó a Zapatero al adelanto electoral para no alargar más su agonía y la del PSOE.
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Hay un matiz, sin embargo, muy diferenciador de la actual lucha por el poder nacional en el PP y la de entonces, matiz que afecta a este partido en Castilla y León. Hace 14 años este gozaba de una mayoría absoluta de la que no disfruta presidente de los populares y de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. Hoy, ese papel preeminente entre los barones populares lo tiene el presidente andaluz, Juanma Moreno. ¡Cómo ha cambiado el panorama autonómico popular en 14 años! En 2008, Castilla y León era el granero de votos del PP; hoy ese granero no es tal; entonces, el PP andaluz no tocaba pelo y hoy tiene ¡mayoría absoluta! con Moreno en la Presidencia.
Ni los propios contendientes saben cómo acabará esta nueva pelea popular. Por eso, todos esperarán a que, como hace 14 años, las urnas pongan en su sitio a los contendientes. Mientras, la estrategia de cada dirigente popular es mirar por sí mismo: objetivo inmediato aquí de Mañueco, tener nuevos Presupuestos de la Comunidad (gobierna con unos prorrogados). Quedan 40 días para que el 23 de diciembre se voten en las Cortes los Presupuestos del PP y Vox. Después... (Anoten este matiz muy favorable a Mañueco: el PSOE de Castilla y León tiene hoy, como hace 14 años, un secretario regional más que amortizado y de salida. Ángel Villaba entonces; Luis Tudanca, hoy).
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