Las noticias más leídas del viernes 7 de febrero en El Norte de Castilla

Para no acumular polvo y tristeza se han aireado los libros en la Plaza Mayor. Baja el telón de la Feria del Libro y parece que, pese a las servidumbres que ha impuesto la pandemia, el sector ha quedado contento.

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Hubo un tiempo en ... el que leer estaba como mal visto, en el que tener un libro entre las manos era una manera más de perder el tiempo. Un vicio peligroso y estrambótico, casi como circular en coche por la ciudad. Tampoco ahora es un valor en alza. Las estadísticas sobre el índice de lectura son deprimentes y toda nuestra actividad intelectual se reduce a la pantallita del móvil.

Sin duda, hay preocupación en el llamado mundo de la cultura. El problema es que bajo este cajón desastre cabe todo. Desde 'El bolero de Ravel' a la rumba de Los Pichas, de 'Cinco horas con Mario' a unos minutos con J. J. Vaquero. Todo lleva la pomposa etiqueta de cultura.

Pero el escarnio proviene, no de los que viven o malviven de su tarea cultural, sino de los que lo hacen a costa de ella. Estamos a dos velas y toca apretarse el cinturón, pero se mantiene una Consejería de Cultura que, a juzgar por la cantidad de entes y fundaciones que orbitan sobre ella, vivirá en un 'spleen' baudeleriano y abúlico.

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Igea nos prometió a bombo y platillo la amortización de estos superfluos chiringuitos donde sestean afiliados, familiares y amiguetes, pero despertaremos y, como el dinosaurio de Monterroso, seguirán allí. Ad calendas griegas.

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