Madrid, qué bien tu nombre suena, que dijera Machado. Nadie se siente extraño en Madrid, ciudad acogedora y abierta. De acuerdo. Pero nadie habla de la deshumanización de Madrid; del tiempo perdido en los transportes públicos de Madrid, de la contaminación de Madrid, de los ... atascos madrileños, de los precios desorbitados de los alquileres. Tampoco de la prisa, esa sensación de que vas a llegar tarde a todas partes, aun cuando carezcas de una ocupación concreta entre las manos. Hace años, aterrado, salí huyendo de Madrid que, en efecto, me había enseñado a mirar el mundo con ojos cosmopolitas. Madrid es una ciudad grande y abierta, por supuesto. Pero la señora presidenta de la Comunidad de Madrid va por la vida de chulapa y con ello lo único que hace es empequeñecer a su comunidad al mirar altaneramente a las comunidades vecinas. Algunas le prestan el agua, otras la electricidad y los alimentos. Madrid absorbe la juventud que sobrevive agónica en los territorios del entorno inmediato donde tanto cuesta retener a la población que comienza su vida laboral. En Madrid se asientan los Ministerios, los grandes hospitales de referencia nacional, las sedes de las grandes corporaciones, las Academias, el Aeropuerto. Todo se concentra en Madrid. Salir adelante lejos de Madrid resulta muy difícil. ¿Por qué no se reparte un poco? A Teruel, a Cáceres, a Jaén, a Soria. Tengo entendido que Zapatero centralizó el servicio de multas de carreteras en León. Imagino que serán cuarenta o cincuenta empleos públicos. No es mucho. Y resulta descarado que se lo llevara precisamente a León. Un gesto cálido hacia el terruño con aire de pequeña cacicada por ser su tierra. Los sucesivos gobierno españoles deberían seguir descentralizando servicios? Ni Rajoy ni Sánchez han movido un dedo. Deberíamos exigirlo cada día los que vivimos en la España vaciada.
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Estos días de atrás hemos tenido un conflicto en El Puerto de Navacerrada. Los segovianos, bajo la estricta vigilancia de la Guardia Civil, no podían aparcar en la zona de Castilla y León, reservada a los madrileños; El Norte ha dado cuenta de ello y parece que ya está solucionado. Estupendo. Pero el conflicto es tan solo un síntoma que se repite cada día, casi siempre de manera inconsciente. Se repite cada vez que uno escucha en Radio Nacional hablar de la Sierra de Madrid. No digo la Ser, Onda Cero o la Cope, emisoras privadas. Que con su pan se lo coman. Digo Radio Nacional. Lo mismo podríamos decir de la Televisión pública española. Alguien tendría que decir a los redactores que la Sierra de Madrid a la que aluden no existe, que se llama Sierra de Guadarrama. Si te quitan el nombre, te desnaturalizan. Así se empieza a enturbiar el agua.
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