Madre no hay más que una
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Diez años por dejar a Sara indefensa con Roberto, por taparte los ojos ante las evidenciasMamá. Es una de las palabras más bonitas que existen. Reconozco que me gusta leerla, escribirla y escucharla. Es sencilla, fonéticamente simple. Para pronunciarla los labios se unen, como si de un beso se tratara. Mamá. Prueba a decirlo en voz alta. No hay sonido ... más hermoso, especialmente para quien lo recibe por primera vez entre balbuceos. La simplicidad del vocablo anticipa que la realidad a la que se refiere es tan natural como la vida misma. Así son las madres, así deberían ser todas. Así es la mía.
El título de madre se fragua a fuego lento y quien decide obtenerlo debe reunir ciertos méritos. No significa rozar la perfección, pero sí procurar la necesaria protección de los suyos. Porque se puede ser madre una, dos o treinta veces, pero para un hijo madre no hay más que una y hay que saber estar a la altura. Tú, Davinia no has sido la madre que te correspondió ser. Si lees estas líneas desde la comodidad de tu celda militar en Valladolid, tienes que saber que has fallado a Sara y a Andrea.
Esta semana hemos conocido que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León te aplica una rebaja de 15 años. Saldrás en 2029. Sara debería tener para esa fecha 16 años, pero, no, no los cumplirá porque omitiste tu deber de protegerla y lo hiciste por asegurar a tu lado a un depredador, un desconocido al que metiste en tu casa y en la de Sara. El alto tribunal de Castilla y León esgrime el principio de en 'non bis in idem', así que no se te puede procesar dos veces por el mismo hecho. Estás absuelta de un delito de asesinato hiperagravado, pero se te condena por uno de asesinato con la concurrencia de las atenuantes de obcecación y de confesión. Diez años por dejar a Sara indefensa con Roberto, por taparte los ojos ante las evidencias y por no estar a la altura del tesoro con el que la vida te obsequió. Sara quiso irse contigo, te lo dijo, se vistió, te esperó en el salón mientras preparabas el desayuno antes de marcharte a trabajar al cuartel. Pero la dejaste ahí, también a Andrea, la mayor de tus hijas. Se te priva de la patria potestad. Desde que su hermana fue brutalmente asesinada está tutelada por la Junta de Castilla y León. Sin hermana y sin madre. ¿Puedes superar tú esa condena?
Davinia no quiero ahondar en tu dolor, pero en el juicio no aprecié arrepentimiento y comprobé que aunque madre no hay más que una, a veces es mejor prescindir de la que te ha tocado.
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