'Luis, sé fuerte'

Es necesario situarse en cómo llegó esta dirigente abulense al cargo de tercera autoridad autonómica para conocer cómo se las gasta la dirección tudanquista del PSOE de Castilla y León. Hay una conclusion clara del año escaso que ha estado Mercedes Martín como delegada del Gobierno: políticamente, nunca ella habia llegado a más, pero nunca a menos la representación del Gobierno central en Castilla y León. Porque si algo no ha hecho Martín estos meses ha sido política. Y, lo que es peor, no ha dejado hacer política a los subdelegados, por mucho que su mandato haya estado caracterizado por el 'en funciones'. Anda que no hicieron política todo ese tiempo Pedro Sánchez y sus ministros. Y estaban en funciones, como Martín.

Pero, claro, el secretario regional socialista no nombró a Martín por sus capacidades; le nombró para dar en los morros a la dirección socialista de Ávila, en general, donde Martín no pudo obtener plaza en una lista municipal ni provincial ni autonómica y, muy especialmente, al alcalde de Cebreros, Pedro José Muñoz. ¡Cómo se tiene que estar partiendo de risa el regidor cebrereño! Más aún después de leer la versión tuitera de Tudanca diciendo que va a ser muy difícil estar a la altura de las dos anteriores delegadas del Gobierno. El cabreo de la soriana Virginia Barcones tiene que ser de aúpa al verse en el mismo saco que la abulense Mercedes Martín en un texto firmado por Tudanca. Porque es verdad que Barcones le ha puesto el listón muy alto a Izquierdo: la dirigente soriana supo hacer valer ante el PP regional y la Junta de Castilla y León su papel institucional y político. Mercedes Martín, no. ¿Cómo iba a continuar en un puesto político una dirigente que no ha hecho política en el tiempo que ha sido tercera autoridad autonómica?

Luis Tudanca pierde así el control político de la Delegación del Gobierno y su espacio se achica a la misma velocidad que crece día a día su inacción ante un Gobierno regional que le saca cuatro cuerpos, pese a no ser un dechado de impulso de acción política; ante su presidente, Alfonso Fernández Mañueco, que cada día se pasea con más placer por la política regional en un papel más propio de un presidente de República, tipo Italia o Alemania; ante su vicepresidente, Francisco Igea, menos dedicado últimamente a gobernar y más empeñado en darse golpes con sus correligionarios de Ciudadanos por controlar las cuatro tablas que quedan del naufragio del barco del partido de Albert Rivera en las urnas; ante unos consejeros de la Junta anulados ora por el presidente, ora por el vicepresidente, ora por los sobresaltos judiciales que siempre emanan de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, con un cada día más cuestionado Juan Carlos Suárez-Quiñones, y ante una militancia socialista que vuelve a contemplar aterrada que la historia de los dirigentes fracasados al frente del PSOE regional se puede repetir con Tudanca. Solo le salva en estos momentos que ganó unas elecciones autonómicas 36 años después del primer presidente socialista, DemetrioMadrid. Y eso, de momento, es un aval.

Que Sánchez manda un aviso a Tudanca está más claro que un mediodía de agosto. Y el secretario general burgalés va a tener que pasear sus penas ahora entre Óscar Puente e Izquierdo. Un Puente que cada día saca más lustre a la Alcaldía de la ciudad más poblada y capital de hecho de Castilla y León, no solo en la gestión sino en la proyección. Recintemente, ha participado en París en una jornada sobre ciudades ecológicas con su alcaldesa, Anne Higalgo, y regidores europeos de primer nivel, de capitales de Estado, como Bruselas, Lisboa, Milán y Varsovia, entre otros. Malos tiempos para Tudanca. Solo le falta que alguien le mande un 'whatsapp' con el tan rajoyniano como terrible 'Luis, sé fuerte'. O reacciona o las pasará mal. La federal socialista no perdona la inacción.